El histórico edificio de la galería que duró seis meses se vende 

La propiedad ubicada en Sarmiento 778, en pleno centro de Rosario, vuelve a estar en el mercado. El edificio fue durante décadas sede del Teatro Arteón, uno de los espacios culturales más emblemáticos de la ciudad, y el año pasado reabrió reconvertido como la galería Paseo Star. Sin embargo, el nuevo emprendimiento duró apenas seis meses y hoy el inmueble se ofrece nuevamente en alquiler por u$s 3.500 mensuales, aunque sus propietarios también escuchan ofertas de venta.

La familia Valenti, dueña del edificio, busca ahora darle un nuevo destino a la propiedad, que cuenta con una ubicación estratégica a metros de la peatonal Córdoba y una superficie superior a los 800 m2 distribuidos en dos plantas. La galería había sido remodelada a principios de 2024 con espacio para locales comerciales, una pequeña sala de espectáculos y área de coworking, pero la propuesta no logró sostenerse en el tiempo y los inquilinos comenzaron a retirarse a mediados de este año. El inmueble es ofrecido en venta y alquiler por Reynoso Propiedades, Banchio y Zunino. 

Del brillo cultural al vacío comercial

El Arteón funcionó -con interrupciones- en el primer piso del edificio desde 1968 hasta diciembre de 2023, cuando finalizó su contrato de locación. El espacio, fundado por Néstor Zapata, fue durante décadas un punto de encuentro para el cine, el teatro y la música independiente.

Pese a que en 2024 la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la Municipalidad se comprometieron públicamente a relocalizar la sala en un nuevo espacio, el proyecto sigue sin concretarse. Mientras tanto, el edificio original –donde también funcionaron locales icónicos como la confitería Paco Tío– volvió al circuito inmobiliario.

Para los inversores inmobiliarios, el edificio representa una oportunidad por su ubicación privilegiada. Ahora, habrá que ver si los próximos propietarios mantendrán su uso comercial o impulsarán un nuevo proyecto residencial o mixto.

Mientras tanto, el equipo del Arteón sigue funcionando sin sala propia, a la espera de que la UNR y el municipio cumplan con su promesa de reubicar el espacio en un lugar acorde a su trayectoria.