Agtech rosarina creó una solución para no perderle pisada a la chicharrita

La agtech rosarina Sima creó una plataforma para monitorear el avance de la chicharrita, la plaga que afecta las cosechas de maíz. Se trata de “Sima Dalbulus” (nombre científico de la chicharrita), un nuevo módulo que busca ayudar a los productores en el combate a la plaga a través del seguimiento en línea del avance del insecto. El sistema ya empezó a comercializarse en Brasil y Argentina y será presentado la semana próxima en el congreso de Aapresid, que se realizará por primera vez en Buenos Aires.

El proyecto arrancó hace tres años como una prueba piloto en los campos de la región sur del vecino país, cuando la “cigarrinha”, había cobrado fuerza y amenazaba la producción de la cosecha 2021/2022. Para tal fin, Sima consiguió el apoyo de la farmacéutica Bayer -fuerte jugador en el negocio del maíz-, y montó un dispositivo de monitoreo georreferenciado de la plaga con el despliegue de trampas manuales que luego reportaba información del estado de los cultivos. El sistema se expandió rápidamente en 2022 a todo el área maicera de Brasil hasta el año pasado en que el producto empezó a escalar. 

Primer prototipo de trampa automática de Sima.

A través de un acuerdo con la Cooperativa Agraria de Garopaba y la startup chilena Neltume, la agtech logró diseñar una sistema de trampas automáticas que permite monitorear el avance de la plaga de manera instantánea y reportar a la base de datos de Sima. “Estamos presentando la mejora de ese sistema, que antes era una plataforma tradicional y lo que hicimos ahora es adaptarla a una solución que realiza el conteo de la plaga y aporta información clave al productor para prevenir el mal de la chicharrita”, dijo Mauricio Varela, cofundador de Sima y al frente de la sede que la firma tiene en Curitiba, Brasil. 

En 2024, fue instalado el primer prototipo de la trampa automática autolimpiante, diseñada y producida en conjunto con la startup Neltume. Las trampas mejoraron el monitoreo de la chicharrita y proporcionaron una herramienta escalable que podía adaptarse a diferentes regiones y condiciones agrícolas. “Uno de los grandes avances de la plataforma es la capacidad de análisis de datos que podemos llegar a tener y que permite detectar tendencias y saber cómo se comporta la plaga”, describió Varela, oriundo de ciudad de San Nicolás y que vive en Brasil desde 2020, cuando se instaló en plena pandemia. 

El agro en alerta

Ante la crisis que desató este año la chicharrita, todo el sector agropecuario, desde investigadores a técnicos y productores se vieron obligados a buscar soluciones. La comunidad agrícola se mantuvo en estado de alerta, trabajando conjuntamente para mitigar los efectos de la plaga y proteger la producción de maíz en el futuro. En respuesta a la creciente amenaza, varias instituciones argentinas han unido fuerzas para establecer una red de monitoreo innovadora, capitalizando la experiencia de la plataforma Sima. 

En efecto, el desarrollo de la agtech rosarina será la base tecnológica del proyecto "Red de Monitoreo Nacional de la Chicharrita del Maíz, Dalbulus maidis ", que tiene como objetivo general informar sobre la dinámica poblacional de los adultos del insecto y su porcentaje de infectividad en las principales zonas agroecológicas productoras de maíz del país. Esta red se centrará en cinco regiones clave: el Noroeste Argentino (NOA), el Noreste Argentino (NEA), la Zona Centro, la Zona Núcleo y el Litoral. 

Cada una de estas regiones contará con un número fijo de puntos de muestreo: 100 puntos en cada una de las primeras cuatro regiones arriba mencionadas y 50 en el Litoral, sumando un total de 450 puntos de monitoreo en todo el país. En cada punto se instalará una trampa cromática amarilla pegajosa, monitoreada y cambiada cada quince días, para capturar adultos. Estas trampas se colocarán a un metro de altura del suelo y cubrirán un radio de acción de 100 kilómetros. Además del monitoreo de la población de adultos, el proyecto incluye la evaluación de la infectividad estacional de estos insectos. En cada región, se recolectarán muestras de adultos para determinar su grado de infectividad mediante técnicas de PCR.