El riesgo de que las máquinas terminen dominando al hombre

Algunos expertos piden poner en stand by los avances en la investigación de la inteligencia artificial (IA) debido a los riesgos que podrían significar para la humanidad. Históricamente hubo dos bandos, que en esta última semana volvieron a salir a la luz: los "apocalípticos", liderados por Elon Musk y Bill Gates, quienes advierten sobre los peligros extremos de estos desarrollos; y los "tecno-optimistas", con Mark Zuckerberg como su cara más visible, quienes creen que los riesgos son exagerados. 

La IA tiene la capacidad de afectar áreas como la educación, la automatización de trabajos y la circulación de información falsa. La comunidad especializada lleva más de una década argumentando que los peligros que acarrea la IA pueden compararse con los de la “tecnología nuclear”, según un informe del Washington Post. 

Los llamados "sistemas complejos" son un tipo muy particular de desarrollo entre los que se encuentra el cerebro humano y la IA. Por primera vez nos acercamos a tener una IA realmente poderosa. 

ChatGPT, la simpática herramienta con la que muchos venimos interactuando, es apenas una fracción poderosa pero minúscula y lavada de lo que puede hacer GPT4. Pero aún en el uso restringido que puede hoy hacer el público general muestra capacidades que deja perplejas a la mayoría de las personas.

“¿Cuál sería el riesgo concreto? Una forma de abordarlo es pensar cómo nos comportamos nosotros con las criaturas de menor capacidad intelectual. Si vamos caminando y pisamos una hormiga, no nos altera el día. Si, en cambio, me molestan porque son muchas, tiro veneno. Los mosquitos, que sí me molestan, me obsesionan y los persigo hasta aplastarlos. En el extremo contrario, el panda nos cae muy simpático y hacemos denodados esfuerzos para evitar su extinción. ¿En qué lugar quedaremos nosotros respecto de las super inteligencias? Tal vez, decidan cuidarnos pero, si por alguna razón las molestamos, está el riesgo de que inventen un “veneno” para aniquilarnos. Si tuviéramos que agradar a otro para que nos deje vivir, quedaríamos en una posición de absoluta sumisión”, sostienen algunos expertos. 

“No se sabe con certeza si la humanidad alguna vez estará preparada para la superinteligencia, pero sin duda no lo estamos justo ahora. Con toda nuestra inestabilidad global y nuestra comprensión aún incipiente de la tecnología, agregar la IA sería como encender un fósforo junto a una fábrica de fuegos artificiales. La investigación sobre inteligencia artificial debe ralentizarse o incluso detenerse. Y si los investigadores no quieren tomar esta decisión, los gobiernos deberían tomarla por ellos”, refirió  Émile P. Torres, filósofo e historiador del riesgo catastrófico global, en su artículo del Washington Post.