Cómo compensar un mal descanso con una buena alimentación

La salud integral depende de múltiples factores, entre ellos la alimentación, la actividad física y el descanso. Cuando el sueño no es reparador, algunos de estos hábitos pueden ayudar a reducir sus efectos negativos y contribuir a un mejor estado de ánimo.

Un estudio reciente de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) analizó a más de 2.000 jóvenes de entre 17 y 25 años en distintos países y reveló una clara relación entre tres comportamientos y el bienestar psicológico: dormir bien, consumir frutas y verduras y realizar ejercicio.

Los investigadores detectaron que el descanso nocturno fue el factor más estrechamente vinculado con un mayor nivel de bienestar. En segundo lugar se ubicó el consumo de frutas y verduras, que mostró un impacto casi inmediato: una alimentación saludable en un día se relacionó con sentirse mejor ese mismo día. En tercer término apareció la actividad física, con efectos más marcados al comparar los días de una misma persona.

El trabajo también subrayó que los tres hábitos parecen potenciarse de manera conjunta. Una ingesta de frutas y verduras por encima de la media compensó, en parte, los efectos de dormir mal, mientras que un descanso adecuado redujo el impacto de una dieta menos equilibrada.

Aunque los investigadores señalaron que no se puede establecer una relación de causa directa, consideran que los hallazgos aportan evidencia para promover estilos de vida más saludables entre los jóvenes. No obstante, advirtieron que la muestra fue limitada a tres países y recomendaron ampliar los estudios a poblaciones más diversas para confirmar los resultados.