Retiros voluntarios y despidos sacuden a otro frigorífico de la región

La compleja situación que atraviesa la industria de la carne se hace cada vez más palpable en la país. Retiros voluntarios y despidos sacudieron este martes al frigorífico Euro de Villa Gobernador Gálvez, y hace un mes la empresa Rafaela Alimentos -que tiene establecimientos en la localidad santafesina homónima y en Casilda-, no le renovó el contrato a más de 70 empleados. 

Euro ya había implementado un plan de retiros voluntarios durante 2024, aunque no se dispone de cifras oficiales sobre la cantidad de trabajadores que aceptaron esta opción ni los términos ofrecidos. Según fuentes internas de la firma, la falta de alternativas laborales y las dificultades económicas de la región llevaron a muchos empleados a rechazar los retiros. 

Los ajustes de personal se suman en un contexto de caída de consumo, de la faena y la exportación. Desde el sector señalan que "urgen medidas" para productores y frigoríficos por las complejidades de un año con récord negativo en el mercado interno y el atraso de 20% en el valor de las exportaciones. 

En este contexto, Daniel Urcía, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), señaló: "Es fácil suponer que el año fue brillante cuando, por el contrario, la situación es compleja. La alta producción solo ayudó a reducir el impacto del incremento de costos: el año cierra sin rentabilidad para el sector industrial". Este panorama refleja las dificultades de un sector que, a pesar de su producción, no logra encontrar su equilibrio económico.

Por su parte, Daniel Di Pardo, gerente de la Cámara de Subproductos, describió la situación como una "tormenta perfecta", que combina varios factores perjudiciales para la industria. La caída en los precios y el aumento de los costos internos son dos de los principales factores que afectan tanto a los frigoríficos como a los subproductos bovinos. Di Pardo explicó que la salida de China del mercado de menudencias, y la decisión de Vietnam de seguir su ejemplo provocó una caída en los precios de exportación de estos productos. A esto se suma que los exportadores deben enfrentar una retención del 5% sobre los valores de venta, lo que agrava aún más las perspectivas.

El panorama no pinta alentador para el sector. Porque a ello se suma la baja del consumo de carne en el mercado interno. De acuerdo con el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), entre enero y noviembre de 2024, el consumo aparente de carne vacuna por habitante se estimó en 47,4 kilos anuales, equivalente a una caída del 11,1% frente al promedio del mismo periodo de 2023.

Del mismo modo, el promedio móvil de los últimos doce meses hasta noviembre fue de 47 kilos por habitante al año, cantidad que expresa una disminución interanual del 12,4%.