Las ventas en supermercados de Santa Fe tocan mínimos de la última década

Las ventas en supermercados de la provincia de Santa Fe tocaron en 2025 uno de los niveles más bajos de la última década, consolidando una tendencia de deterioro que se arrastra desde 2015. De acuerdo con un informe del Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, el consumo acumulado entre enero y septiembre se ubicó un 19% por debajo del registrado diez años atrás.

Si bien el relevamiento muestra una recuperación interanual marginal frente a 2024, del orden del 1,1%, el dato no alcanza para revertir el retroceso estructural: el nivel de ventas de este año es el segundo más bajo del período 2015–2025, medido a precios constantes.

Desde la Bolsa de Comercio de Santa Fe explicaron que el desempeño de 2025 refleja tanto la pérdida de poder adquisitivo como el enfriamiento de la actividad económica provincial. A partir de abril, las ventas comenzaron a mostrar caídas mensuales y en septiembre alcanzaron el piso de toda la serie analizada, en sintonía con la desaceleración general de la economía santafesina.

¿Qué pasa con el consumo? 

El informe también señala un cambio relevante en la composición del consumo. Mientras el gasto total en supermercados se reduce, los alimentos y bebidas ganan peso relativo y concentran cerca del 74% de las ventas, unos 5 puntos porcentuales más que el promedio de la última década.

Dentro de ese rubro, el comportamiento es desigual. En 2025 se destacan los aumentos en carnes, panadería y verdulería, con la carne como el segmento de mayor crecimiento. En contraste, categorías como almacén, bebidas y lácteos muestran caídas frente al promedio histórico.

El ajuste más profundo se observa fuera de los alimentos. Las ventas de indumentaria, calzado, electrónicos y artículos para el hogar registran fuertes retrocesos respecto de 2015, con bajas que en algunos casos superan el 40%. Para la Bolsa de Comercio de Santa Fe, este patrón confirma que la contracción del consumo impacta con mayor fuerza en los bienes semidurables y durables, mientras los hogares priorizan gastos esenciales.