Qué hay detrás de la suba del precio de la carne

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) los últimos aumentos en el precio de la carne indican que no se trata de una disparada imprevista, sino que no es más que una recomposición de valores tras ocho meses de retraso. De esta manera, explican que en diciembre de 2022, el precio de la carne vacuna registró una variación interanual de apenas 43,5%, mientras que la suba general en alimentos ascendió al 95% interanual.

El informe resalta que en el segundo semestre del año pasado, el retraso en el precio de la carne permitió morigerar la suba inflacionaria hacia fin de año. A partir de enero, esta tendencia comenzó a revertirse, tras la corrección que debió anticipar el precio de la hacienda y que se trasladó a los mostradores, impactando lógicamente en la tasa de inflación general. Asimismo, señalan que "es habitual que se produzcan períodos de fuertes retrasos en el precio de la carne seguidos luego por correcciones significativas, pero en un contexto de sequía, demanda local debilitada en su poder de compra y un mercado exportador que también había perdido fuerza en la tracción, lo que se esperaba que sucediera hacia fin de año no llegó a plasmarse".

Por otro lado, el fuerte retraso que registró tanto el precio de la hacienda como el precio de la carne en los últimos meses, torna sumamente previsible una corrección de magnitud, especialmente en un contexto inflacionario como el que estamos transitando. El precio promedio de la categoría novillito en el MAG subió, en promedio, un 47% nominal en lo que va del año, aunque en términos interanuales sigue estando retrasado unos 34 puntos porcentuales contra el índice general (Ipim). Por su parte, el precio de la carne vacuna en puntos de venta minorista corrigió durante los primeros meses del año un 46% logrando achicar mucho más la brecha contra el índice general (IPC), 98,5% vs 102,5% interanual.

La pregunta lógica que cabe realizarse es cómo hará el precio de la hacienda para terminar de corregir el retraso que sigue acumulando en un escenario tan sensible o “sensibilizado” en términos de precios al consumidor. Por el momento, no están dadas las condiciones para generar una nueva corrección por el lado de la oferta. Por el contrario, la cantidad de animales que están llegando a faena a causa de la sequía es lo que mantiene los valores de la hacienda, y todo indica que así se sostendrá hasta que los campos logren recomponerse definitivamente.

Por último el ensayo afirma que el comercio minorista está viendo un fenómeno difícil de explicar y es la suba de precios en un contexto de abundante oferta de carne, con un consumo estancado, algo que definitivamente responde más a desequilibrios de la macroeconomía que a factores propios del sector. En este sentido, la inflación de febrero fue del 6,6%, la división “Alimentos y bebidas no alcohólicas” mostró un incremento del 9,8% y los distintos cortes de carne vacuna que componen la canasta de referencia registraron aumentos mensuales superiores al 30%.

"Si solamente miramos la foto, la incidencia de la carne vacuna en el aumento general de precios del mes resulta más que significativa. Es importante recordar que la carne -en particular la vacuna- tiene una alta ponderación en la composición de dicha canasta de referencia", concluyen.