“Esperamos señales claras para aumentar la producción porcina”

Con un escenario que pinta bien en términos de cosecha después de tres ciclos de sequía, el sector porcino que se vale directamente de la capacidad de convertir granos en proteína animal asegura que está en condiciones de incrementar la tasa de producción. La posibilidad de crecer en kilos de carne procesada intentará además romper con el estancamiento que se detectó en el último año en torno al consumo per cápita que hace un tiempo partió de los 5 kilos y ahora está arriba de los 16, pero sin crecimiento en los 12 meses precedentes.

Para la cría intensiva, el modelo asociativo que proponen empresas como la gigante Isowean demuestra que hay margen para crecer en el sistema de producción. La firma armó un esquema que le permite hoy ocuparse de la maternidad de los lechones a partir de un establecimiento de 15.000 madres -hoy trabajan con más de 13.000 y apuestan a llegar al trecho este año- y proveer cerdos a granjas levantados por productores agropecuarios que en sus propias instalaciones se encargan del engorde.

Las numerosas inversiones que están encarando los asociados de Isowean ratifican el interés de actores del campo en agregar valor en los lotes para convertir proteína vegetal en animal. Punto biz conversó con el rosarino Guillermo Cáceres, el veterinario al frente de mantener la relación de Isowean con sus productores asociados y con la responsabilidad de sellar nuevas alianzas. Los ejes del mercado porcino modelo 2024 fueron centrales en la entrevista.

¿Cómo pinta el mercado porcino este año?
 
Ahora estamos en una coyuntura compleja. Todavía necesitamos terminar de ver cómo se acomodan algunos parámetros macroeconómicos. Cómo se desarrolla la dinámica importadora y cómo puede afectar eso a nuestro mercado interno. Además, qué margen existe para la exportación. El interrogante es evaluar si vamos a poder volver a tener las condiciones competitivas para recuperar algunos mercados que tuvimos hace algunos años atrás y que nos perdimos en los últimos dos o tres años por falta de un dólar competitivo. Nosotros elegimos creer. Tener una balanza equilibrada entre importación y exportación será fundamental.

El elemento que observamos con sigilo es la chance de una mejora general que posibilite hacer repuntar el consumo de carne a nivel local, a nivel interno. En los últimos 25 años logramos posicionar a la carne de cerdo. De 5 kilos per cápita pasamos a 18 pero en los últimos dos años, esto viene un poco estancado. No perdemos, pero tampoco seguimos con el ritmo de crecimiento de consumo. 

¿Qué elementos pueden ayudar para revertir esa dinámica?

Evidentemente necesitamos que nuestra población tenga mayor poder adquisitivo, y eso es una cuestión que nos sobrepasa. No obstante, estamos siempre con optimismo, porque sabemos que las condiciones están, las ganas de invertir y la decisión de hacerlo por parte de los productores si existen algunas señales clave que uno sabe que llegará de inmediato. Los actores saben qué hacer, si hay crédito lo toman, arriesgan. Ahora estamos a dos meses del nuevo gobierno y aguardamos algunas certezas para entender la lógica que en todo caso permitirá avanzar en los desembolsos estratégicos que permitirán incrementar la producción porcina.

Usted decía que hay que mirar con claridad el esquema importador ¿Le temen al ingreso de carne de cerdos de Brasil?

Siempre ha ingresado, pero bueno, dependiendo el impacto, la cantidad que ingresa, el tipo también de corte que ingresa, necesitamos entender cómo eso va a jugar, para que nuestra producción local, con eficiencia productiva, pueda competir en igualdad de condiciones. 

En ocasiones el mercado brasileño logra tener precios de venta de pulpa, por ejemplo, más económicos que el mercado argentino. Entonces la industria frigorífica se ve atraída para ese mercado. La dinámica que pueda darse en Brasil y que potencie sus exportaciones de cerdo nos puede descolocar acá ¿Cómo va a jugar eso en la nueva realidad política económica de Argentina? Es un interrogante que se va a ir dilucidando de a poco, y bueno, de ahí veremos cuál es el mejor escenario para nosotros.

¿Cómo hacemos para recuperar y para poder seguir creciendo en el consumo de carne porcina? 

Hace falta un poco de inversión por parte de los productores, en determinada eficiencia para tener un costo menor por animal producido. En góndola un precio de carne de cerdo competitivo para poder competir con la carne vacuna, dado que el consumidor mira el precio de la carne y si lo convence, toma la de cerdo, pero siempre mira la carne vacuna.

El modelo que plasmaron Fernando Villavicencio y Lisandro Culasso, fundadores de Isowean en 2007 parece ser la estrategia en clave asociativa que se impone para generar inversiones que aumenten el número de porcinos en producción ¿Cuál es la clave del negocio para ganar escala?

Hay que entender que el tener escala en producción porcina genera beneficios: beneficios en la comercialización, beneficios financieros, productivos y económicos. Ahora, para poder tener escala hay que invertir. Entonces, la inversión es un punto, siempre es importante. Todas las personas con la rentabilidad del negocio se han entusiasmado, pero claro, la inversión inicial es muy fuerte, porque hay que construir galpones que tienen una tecnología determinada.

Es ahí donde uno piensa en un modelo donde puede invitar a productores agrícolas que tienen el maíz y la soja, que son los principales insumos en el costo de producción, a transformar su maíz y soja en proteína animal, en carne, en este caso porcina. Entonces Isowean toma la reproducción, que llamamos sitio 1, donde está preparándose la cachorra desde su pubertad, para tomar servicio, luego ser una hembra gestante, luego una hembra lactante, y volver a cumplir el sitio. Todo eso, de los lechones al pie de la madre hasta el destete, es el sitio 1. Isowean produce los lechones destetados semanalmente, 6.500 por semana. Hoy en día, es el productor más grande de Argentina. 

¿Quién pone quién en el negocio entre Isowean y sus asociados?

El sitio 1 se hace en infraestructura propia, obviamente. Hablamos de la granja de Isowean en Monte Buey, como núcleo reproductor.

Pero a la hora del destete hay que engordar esos lechones desde los 6 kilos de peso vivo hasta los 125 kilos. Ahí es donde el pensamiento innovador se impuso y surgió la idea de invitar a inversores, a productores agrícolas, a que se sumen con nosotros en una sociedad para poder crecer y tener más cerdos para faena. Es un modelo realmente de asociativismo. Isowean le vende los cerdos para que otro actor los engorde, ni tampoco paga un feed por alojamiento. 

Acá hay una sociedad y el engorde se hace de la mano. El productor asociado coloca su infraestructura de engorde y el alimento e Isowean provee los lechones y el asesoramiento técnico. Hay una alianza estratégica para lograr la mejor eficiencia para que el cerdo tome peso y tenga el mejor precio. Firmamos un contrato de sociedad para la etapa del engorde. Isowean crea el flujo de lechones destetados, y el asociado pone el galpón, la tecnología en el pabellón de engorde, la mano de obra y los granos. Isowean pone el conocimiento técnico, la nutrición de los lechones y por supuesto, el abastecimiento semanal de animales.