Mujeres y trabajo: ¿qué avances hubo y qué falta para lograr igualdad?

Desde hace 46 años cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, establecido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 
 
Desde aquella huelga de mujeres en 1908 en una fábrica de Nueva York, Estados Unidos, donde 129 murieron por reclamar por reducción de jornada laboral, mismo salario por mismas tareas sin distinción de género y mejores condiciones de trabajo, ha habido avances, pero también algunas deudas por saldar.

“Está probado que las compañías que presentan mayor diversidad en sus equipos performan mejor que aquellas que no. Más allá de las efemérides, construir espacios de trabajos más diversos e inclusivos es un trabajo de todos los días que contribuye a organizaciones no solo más rentables sino más justas”, señaló Samanta Queipo, responsable de Cultura Organizacional de Grupo Gestión.

El trabajo y el género: tirando paredes de cristal

En algunos casos todavía persiste una división del trabajo según el género, lo que queda evidenciado en sectores donde predominan hombres y otros donde las mujeres son clara mayoría. De acuerdo con informes oficiales, las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas en sectores vinculados al cuidado y las tareas de reproducción (servicio doméstico, la enseñanza y los servicios sociales y de salud), mientras que la construcción, transporte y comunicaciones y la industria manufacturera están mayormente masculinizados.

Esta situación genera lo que se conoce como paredes de cristal o segregación horizontal, y se refiere a “los muros invisibles que segmentan el mercado de trabajo de acuerdo con los estereotipos de género”.

Sin embargo, hay cambios concretos en las organizaciones en línea con lograr una mayor diversidad en el mundo del trabajo. Según un relevamiento realizado por Grupo Gestión y CIO Investigación entre más de 60 firmas grandes, medianas y pequeñas de Argentina, se halló que actualmente la experiencia laboral es el elemento del CV más valorado por las empresas, seguido por el nivel de estudios alcanzado y la trayectoria de la persona en cada puesto y que, tanto género como edad pasaron al final de la lista de aspectos considerados por empresas y reclutadores.

“Los cambios culturales que estamos viviendo impactan en todos los ámbitos, incluido el laboral. En este caso, vemos que se está modificando la ponderación que hacen los responsables de Recursos Humanos de los elementos del CV y que en muchos casos ya no se tiene en cuenta si quien aplica a la posición se percibe como hombre o mujer”, señaló Queipo.

Liderazgo: mayor diversidad es igual a mejores resultados

La participación de las mujeres en posiciones de liderazgo ha crecido en los últimos años, tanto en el ámbito público como el privado. Sin embargo, de acuerdo con datos del Indec, el porcentaje de varones en puestos de dirección y jefatura es un 75% superior al de las mujeres.

Diversos estudios globales dan cuenta del impacto positivo entre mayor diversidad e inclusión y un mayor desempeño financiero e innovación. De acuerdo con una encuesta de la Organización del Trabajo (OIT) a cerca de 13.000 empresas de 70 países, el 57% afirmó que “las iniciativas para promover la igualdad de género habían contribuido a mejorar sus resultados empresariales”.

En la misma línea, una investigación de la consultora McKinsey en 15 países demostró que aquellas organizaciones con diversidad de género en sus equipos ejecutivos que correspondía al cuartil superior “tienen un 21% más de probabilidades de experimentar una rentabilidad superior al promedio en comparación con las empresas en el cuarto cuartil.”

Por último, un estudio de Boston Consulting Group reveló que “las empresas con una diversidad superior a la media en sus equipos directivos obtuvieron ingresos por innovación un 19% superiores a los de las empresas con una diversidad inferior a la media en puestos de liderazgo.”

Brecha salarial: la diferencia que persiste

La brecha salarial es una expresión concreta de diferencias entre hombres y mujeres, que se sostienen por prejuicios y estereotipos.

De acuerdo con cifras oficiales del segundo trimestre de 2022 de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos (EPH-Indec), las mujeres ganan, en promedio, un 28,1 % menos que los varones. Además, la brecha de ingresos aumenta a menor nivel educativo y a menor calificación de la ocupación.

“Las organizaciones están revisando sus políticas para lograr una mayor equidad laboral. Ésta es una deuda pendiente en un contexto de grandes avances en la igualdad de género en el mundo del trabajo”, afirmó Queipo.