Reciclan vieja casona alpina en un restó con cocina de autor

De forma icónica, con un techo alto y a dos aguas, una simpática casa alpina desentona con las convencionales infraestructuras del Pasaje Ambato, en Fisherton. Desde hace unos meses, en aquella vieja casona tiene lugar Peloncha, un restó familiar a cargo de Sebastián Navarro y su esposa Stella Maris Paniagua quienes aprovechando la arquitectura del lugar le dieron a su negocio una impronta patagónica con cocina de autor.

Con una decoración clásica y espacios hogareños adaptados perfectamente a un restaurante, la novedad gastronómica cuenta con un servicio personalizado para 32 cubiertos. Platos suculentos elaborados especialmente por el cheff de la casa, donde se destacan sabores sureños y las sugerencias se encuentran a la orden del día.

“Contamos con una carta chica, ya que trabajamos con productos frescos de temporada. Los pescados son una buena opción para esta época donde se destacan la trucha y el salmón”, cuenta Navarro, un profesional de la gastronomía que viajó por el mundo perfeccionando sus conocimientos en la materia.

Pero si hay algo que le faltaba al local para diferenciarse del resto es la forma en la que sus dueños eligen para ambientar y sonorizar el espacio. En busca de aprovechar la excelente acústica con la que cuenta el chalet, Navarro incorporó un tocadisco donde suenan discos de pasta que van desde tango, rock nacional e internacional.

“Tenemos un público que va desde los 30 a los 80 años y buscamos que todos se sientan a gusto en un ambiente relajado. La idea del tocadiscos les encanta a todos y es lo que mejor suena en un espacio íntegramente de madera”, cierra su dueño, quien bautizó su primer restaurante en memoria del apodo de su abuelo.