Gobernadores apoyan las reformas de Milei pero reclaman fondos y obras

En un encuentro que buscó mostrar unidad y diálogo, el presidente Javier Milei recibió este jueves en la Casa Rosada a más de veinte gobernadores. La convocatoria, realizada pocos días después de las elecciones legislativas, fue el punto de partida para discutir el presupuesto 2026 y las reformas estructurales que el Ejecutivo busca impulsar en el Congreso.

Los mandatarios coincidieron en la necesidad de avanzar con las transformaciones que plantea el Gobierno —reforma laboral, tributaria y del Estado—, aunque aprovecharon la cita para plantear reclamos concretos. Entre los principales pedidos figuraron la compensación por las cajas jubilatorias no transferidas, la reactivación de obras públicas paralizadas y una mayor equidad en la distribución de fondos federales.

“El encuentro con el presidente Milei y su equipo de ministros fue bueno, cordial, y espero sea el inicio de un diálogo sincero y constructivo”, aseguró en su cuenta de X el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. En la misma línea, el correntino Gustavo Valdés destacó que “la Nación debe acompañar a las provincias con fondos previsionales y obras que generen empleo”.

Desde Tucumán, Osvaldo Jaldo sostuvo que su gestión “acompañará todas aquellas medidas que contribuyan al crecimiento del país y mejoren la vida de nuestra gente, siempre defendiendo el federalismo y el desarrollo equilibrado de todas las regiones”, pero aclaró que Tucumán “espera reciprocidad”. “Queremos que las políticas nacionales también acompañen el esfuerzo de las y los tucumanos”, expresó. La mayoría de los mandatarios valoró la convocatoria como un “buen primer paso” hacia una nueva etapa de cooperación institucional.

Del encuentro no participaron cuatro gobernadores opositores —Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego)—, lo que dejó en evidencia la distancia política con el oficialismo.

Más allá de la foto de consenso, el Gobierno enfrenta ahora el desafío de transformar el diálogo en acuerdos legislativos. Las provincias respaldan las reformas, pero dejaron claro que ese apoyo estará condicionado a una agenda federal que contemple sus demandas.