La Provincia debe $3.000M en obras y la parálisis es casi total

La ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat de Santa Fe, Silvina Frana, anunciará este lunes en conferencia de prensa que la deuda de su cartera heredada de la saliente gestión socialista supera los $7.000M, un rojo que explica la fuerte parálisis de la obra pública.

Según los números que dará a conocer, su Ministerio debe $3.094M en pagos de obras de infraestructura. En concreto, la deuda centralizada corresponde a: Vialidad Provincial ($1.033M), Obras Públicas ($976M), Asuntos Hídricos y Saneamiento ($846M) y Vivienda y Urbanismo ($236M). Pero a ese rojo se le suma una deuda de la EPE por casi $4.000M (básicamente a Cammesa por la compra de energía). Además, contabiliza una transferencia de $1.200M a la empresa Aguas Santafesinas. Y finalmente detectó una deuda de $40M en un esquema de subsidios a comunas e instituciones. En general, el atraso de los pagos arrancó luego de que el socialismo perdió las elecciones, sostiene la funcionaria.

Con esos números sobre la mesa, la funcionaria saldrá esta mañana en la ciudad de Santa Fe –adonde se realizará la conferencia de prensa- a justificar el pedido de emergencia, que la Cámara de Diputados rechazó, y también resaltará que toda la deuda se pondrá a revisión. Pedirá la emergencia porque, sostiene, que el endeudamiento requiere de un marco legal para hacer los acuerdos necesarios con los acreedores, salir de ese pasivo y reactivar las obras. No faltarán las críticas a la gestión de Miguel Lifschtiz a la que se la acusará de seguir licitando obras sin tener fondos para pagarlos.

Sobre diciembre, los contratistas empezaron a bajar el ritmo y hasta directamente paralizar las obras, con casos emblemáticos como  la ampliación de avenida Jorge Newbery, en zona norte. Pero la retracción es generalizada. Algunos no cobran desde el mes de mayo y otros desde julio.

Luego de la conferencia, la ministra viajará a Rosario para encabezar la ceremonia de asunción del nuevo titular del directorio del Aeropuerto de Rosario, que será el empresario Eduardo Romagnoli. Allí el tema de la obra pública también es fundamental: Lifschitz arrancó una obra de construcción de una nueva terminal cuyo presupuesto se duplicó por la devaluación (supera los $2.000M) y hay mucha incertidumbre sobre si se mantendrá el ritmo de los trabajos.