Lideró la creación del mercado de futuros más grande del país

"Sólo con alguien como vos al frente se podría haber logrado lo que conseguimos". La frase se la dijo, emocionado, uno de los principales referentes del mercado de granos del país a Andrés Ponte, presidente del Matba-Rofex, el día (primero de agosto de este año) que empezó a funcionar el mercado de futuros más grande del país que nació de la fusión entre los centenarios mercados a término de Rosario (Rofex) y de Buenos Aires (Matba). Una integración que logró dejar atrás décadas de competencia a cara de perro entre ambas plazas bursátiles con miras a encarar ahora un nivel de desarrollo exponencial (si la turbulenta economía argentina acompaña) que beneficiará a toda la economía, generando nuevas alternativas de inversión y de cobertura, y que tendrá base en Rosario.

"Lo logramos todos. Todos le pusimos alma y corazón. Somos un equipo. Funcionarios y directivos de ambos mercados, de entidades que nos apoyaron, como las Bolsas de Rosario y Buenos Aries, y mucha gente más", responde Ponte, sin falsa molestia, al halago. Pero su respuesta queda corta. Es que es cierto que lograr un objetivo de tamaña dimensión (como lo es integrar dos empresas con usos y tradiciones propias y negocios cruzados) demanda como condición necesaria un cerrado y convencido apoyo de directorios y funcionarios. Más aún cuando el proyecto tuvo aire de "cruzada" al tener que -para concretarse- lograr superar escollos que parecían imposibles, como enfrentar una fuerte batalla contra la fusión que les inició el principal mercado de títulos de valor de contado del país, que es Byma, con todo el poder de fuego de lobby que tiene junto con la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.

Pero tener un grupo convencido con un norte definido era una condición necesaria más no suficiente para lograr la unificación bursátil. La exitosa experiencia del Rofex muestra que el líder de ese grupo debe ser algo más que un fiel exponente de la idea y del grupo. Debe tener pasión para empujar y trabajar día y noche en pos del objetivo, talento para planificar estrategias, capacidad de convencimiento, habilidad de negociación y, sobre todo, apertura mental para incorporar las demandas y necesidades de los otros. Y eso es lo que tuvo Ponte.

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