Pioneros de la sidra en lata, llegan a Rosario para compertir con la "birra"

Primero fue la cerveza artesanal y ahora es la sidra la que busca copar gran parte de los bares y pubs del país. Sidreros quieren aprovechar este momento para aumentar su participación en el mercado y ganarles terreno a las cervecerías. Griffin Cider, la bebida premium que se comercializa en más de una decena de bares porteños, anunció el lanzamiento de su opción en lata con una inversión de $500.000.

A su vez, su creador, Javier Méndez, reveló, en diálogo con El Cronista, que comenzó una prueba experimental de transporte de sidra en barriles descartables para ampliar su base de clientes a latitudes más distantes.

“Fuimos los primeros en producir sidra en barriles y ahora quiero que seamos los primeros en hacer sidra enlatada en Sudamérica”, comenta Méndez. Si bien tanto la cosecha de manzanas como la elaboración del caldo se producen en Río Negro, esto luego se traslada en barriles a la Ciudad de Buenos Aires donde se lleva a cabo el proceso de enlatado mediante llenado isobárico.

La primera tanda de 1000 latas de 500cc cada una ya comenzó a ser distribuida y, para el verano, proyecta alcanzar una venta de aproximadamente 10.000 latas. “El canal de venta más efectivo que le veo son los growler shops y los bares de cerveza artesanal”, señaló Méndez, que descartó que las mismas puedan llegar a los kioscos. Cada lata se vende a $60 a los distribuidores que luego la comercializan a un valor de entre $100 y $120.

La relación de Méndez con la sidra comenzó hace más de una década cuando, tras regresar de estudiar Gastronomía en Barcelona, le consultaron desde un bar porteño si conocía alguien que produjera sidra en porrón. Rápidamente se puso en contacto con Cooperativa La Delicia, de su Río Negro natal, para elaborar el producto. Esta firma, que elabora también la sidra Flor de Manzano, se convirtió en su socio hasta hoy. Actualmente, el emprendedor vende unos 5000 litros al mes -200 barriles de 50 litros cada uno- bajo su marca Griffin.

“El proyecto de las latas es para venderle a los comerciantes que no tienen instalado el sistema de choperas o que no se animan a comprar un barril entero de sidra”, explica el rionegrino. En tanto, recientemente también comenzó a utilizar barriles descartables, los cuales le permitieron llegar a San Martín de los Andes, Rosario y varias localidades de la Provincia de Buenos Aires.