Grieta familiar mete ruido en la concesión del transporte urbano de Rosario

Aunque la sangre aún no llegó al río, la pelea entre los hijos del fallecido empresario del transporte local Agustín Bermúdez escaló un nivel esta semana: el hermano mayor presentó una nota ante el Ente de la Movilidad de Rosario (EMR) solicitando que se realice una auditoría sobre Rosario Bus SA, ya que según su visión podría estar inmersa en conflictos "que pongan en riesgo la continuidad de las prestaciones a su cargo". El municipio no tendrá en cuenta la solicitud porque entiende que se trata de un conflicto familiar que le es ajeno, aunque sigue de cerca su desarrollo.

La misiva está dirigida al presidente del EMR Carlos Comi y hace referencia al expediente de adjudicación del nuevo sistema de transporte. En ella, Agustín Bermúdez acusa a tres de sus hermanos (Andrés, Adrián y Anabela) de haberse aprovechado del delicado estado de salud de su padre para ejecutar operaciones "simuladas y/o fraudulentas" para quedarse con parte de su patrimonio en detrimento de él y su hermana Sandra. Con base en este escenario sugiere que es posible que Rosario Bus se encuentre "encaminándose a la cesación de pagos", por lo que requiere que el órgano público realice una auditoría.

Consultado por Punto biz, Comi se limitó a decir que "no tenemos comentarios para hacer porque la relación de la Municipalidad es con una persona jurídica, no física". Acto seguido aseveró que "los conflictos familiares por cuestiones sucesorias deben dirimirse en la Justicia", aunque informó que “todo lo que ingresa se analiza en el directorio”, por lo que no se descarta de plano algún tipo de movimiento.

En la nota promete denunciar los hechos en sede penal, pero Agustín Bermúdez le contó a este medio que por ahora se encuentra "recabando información" y que recién luego accionará en la Justicia. "Antes de cualquier acción estoy ahora en esta búsqueda", dijo de forma escueta.

Con la misma reserva se manifestó Andrés Bermúdez -en los hechos quien lleva las riendas de la firma junto a Adrián-, quien prefirió excusarse de contestar. "La empresa ganó una concesión de transporte recientemente, donde se hizo una investigación muy exhaustiva, por lo que no tiene mucho sentido eso que se está diciendo", fueron sus únicas declaraciones.

Familia y negocios

El mayor de los Bermúdez, Agustín, hace rato que se desligó del negocio familiar. Si bien participó de forma activa cuando Rosario Bus inició una transformación tecnológica que lo había puesto a la vanguardia a principios de siglo -fruto de la incorporación de información georreferenciada-, luego se alejó y fundó su propia empresa (Efisat, proveedora de servicios para el sector del transporte urbano).

A los hermanos no solo los divide su conflicto en la SA, sino también el lazo materno-. Si bien todos son hijos de Agustín, fueron fruto de diferentes relaciones del fallecido empresario.

Por ahora la sangre no llegó al río y Rosario Bus sigue prestando sus servicios de manera habitual (además de Rosario está presente en Santa Fe y Buenos Aires). El conflicto es seguido de cerca  por el municipio, habida cuenta que cualquier defección de alguno de los concesionarios significaría desarmar una fórmula de prestación de los servicios de transporte urbano de pasajeros que tanto trabajo le costó armar.