Astilleros paraguayos sondean desembarcar en Santa Fe

Industriales de Santa Fe tientan a astilleros de barcazas de Paraguay para que se radiquen en la provincia con mira a construir un centro bi-nacional privado de reparación de embarcaciones. Y el lugar elegido es la zona Franca, radicada en Villa Constitución.

“Necesitamos a los paraguayos. Hay que dejar de pelearnos y dedicarnos a trabajar en conjunto”, señaló Jorge Álvarez, directivo de la Cámara Santafesina de la Industria Naval (Casin) en su presentación durante el XII Encuentro de Transporte Fluvial que el Instituto de Desarrollo Regional Rosario (IDR) organizó en la Bolsa de Comercio de Rosario.

Precisamente, Zofravilla –el concesionario bonaerense de la  Zona Franca- presentó durante el encuentro a la empresa, que acaba de recibir las últimas autorizaciones oficiales provinciales que necesitaba para ponerse en funcionamiento, en una exposición conjunta con la ministra de Producción de Santa Fe, Alicia Ciciliani, y Álvarez. La presencia del industrial santafesino se debe a que uno de los negocios a desarrollar es el de los astilleros.

Según averiguó punto biz, la Casin es el “fronting” institucional de la estructura que se está armando y la que está gestionando el terreno y las habilitaciones necesarias, por ejemplo de autoridades portuarias para la aprobación del futuro amarradero.  En líneas generales, la idea es formar una UTE integrada por astilleros nacionales y paraguayos que sería la que se instale en la Zona Franca. La presencia de los socios extranjeros es fundamental ya que buena parte de las barcazas que pasan por el río son de bandera paraguaya con lo que resultaría más fácil conseguir los contratos de reparación. Y, vale la pena agregar, el adjetivo de paraguayos puede ser relativo en algunos casos, ya que mucha de los astilleros del país vecino son propiedad de capitales argentinos que migraron para aprovechar los menores costos impositivos y laborales del socio del Mercosur.

En rigor, el negocio de las construcciones y reparaciones de las embarcaciones que pasan por las costas argentinas quedó en manos de Paraguay por las tarifas más baratas que cobra. Pero además porque la legislación argentina tiene muchas trabas, sobre todo aduaneras, para lograr la “importación temporaria” de las embarcaciones extranjeras para repararlas en el territorio nacional. Y es ahí cuando empieza a tallar la Zona Franca ya que la ventaja de instalar allí un astillero es sortear el tramiterío aduanero y reducir costos fiscales de la operación, lo que dejaría a la UTE en condiciones de competir con las firmas del exterior.

“Hay que sincerarse. Debemos dejar de pelearnos con los paraguayos y juntarnos. No se puede competir con ellos cuando en nuestro caso el 70% del costo es laboral, frente al 30% de ellos. Pero también debemos aceptar la realidad de que hoy al único negocio de la industria naval al que podemos acceder como pymes es al de reparaciones de barcazas porque para construirlas no tenemos competitividad como país”, se lamentó Álvarez.

Finalmente, según sus proyecciones, para fin de año tendrían que estar empezando a montar el astillero en la Zona Franca.