Multinacional europea con planta en la provincia activa fuerte plan de inversiones

La fábrica de herramientas Bahco activó un plan de inversión a cinco años para empezar a producir en serie. La firma con sede en Santo Tomé, única filial en América del Sur de la multinacional europea, encara un proceso de reorganización de la planta con el objetivo de trabajar en líneas de producción en lugar de familias de producto.

“Estamos pensando en incorporar tecnología más reducida y flexible. Hoy tenemos hornos que son eficientes para grandes volúmenes pero necesitamos máquinas de menor tamaño para volúmenes bajos. Ya hemos enviado a la corporación el pedido de inversión que confiamos será aprobado”, explicó a punto biz Fernando Montenegro, director de Bahco Argentina, que en la semana recibió la visita de la ministra de la Producción, Alicia Ciciliani y distintos funcionarios provinciales.

El aluvión de importaciones de China, la retracción del mercado interno y la falta de competitividad del tipo de cambio, puso a Bahco una situación compleja a tal punto que en 2016 la empresa presentó un proceso preventivo de crisis. Y también, fue incluida en el programa de Recuperación Productiva (Repro), lo que representa una ayuda económica de alrededor de 3.500 pesos mensuales por cada uno de los 150 trabajadores de la planta de Santo Tomé.

“Siempre hemos encontrado eco de nuestras necesidades en la provincia y nuestra última reunión con el ministro Contigiani el año pasado nos permitió volver a poner sobre la mesa la posibilidad de incorporar a la empresa al régimen de promoción industrial del cual participó durante diez años a comienzos del 2000”, apuntó Montenegro.

Teniendo en cuenta el contexto, y sumado al incremento de los costos de la energía, el impacto que tienen dentro de la estructura de costos de la compañía los juicios laborales en Santa Fe, la escasa disponibilidad de red de soporte industrial y otros temas que hacen poco competitiva a esta industria, desde Bahco encararon un programa de inversión a largo plazo para “bajar costos” y ganar eficiencia en procesos.

“La planta se había reinventado como exportadora para Europa en los 90, luego con una evolución del tipo de cambio estas exportaciones se hicieron inviables. El rol de la fábrica cambió, y tuvo que evolucionar hacia un rol de suministrar al mercado interno”, describió Montenegro sobre el proceso que lleva a la firma a orientar la producción de familias de productos a un modelo pensado a partir de la demanda. “Necesitamos una planta que sea flexible”, afirmó.

El proyecto apunta a inversiones puntuales en maquinarias, sacar las celdas y ponerlas en líneas de producción. “Las máquinas están orientadas en círculos y la idea las organización en serie permitirá bajar o aumentar la producción”, opinó el empresario.