Tras cambio de accionistas, el puerto bajó 76% los accidentes laborales

En 2010 se denunciaron 130 siniestros laborales en Terminal Puerto Rosario (TPR), la empresa que tiene la concesión de las terminales I y II del puerto local. Seis años después, se denunciaron sólo 30. La comparación adquiere aún más relevancia cuando esa caída del 76% ocurrió en el marco de un fuerte crecimiento de la operatoria. El dato lo presentó ayer Guillermo Davi, gerente general de Prevención ART (que este año comenzó a prestar servicios a TPR) durante su disertación en el Encuentro Regional de Seguridad, un cónclave que anualmente organiza el poderoso grupo portuario y logístico chileno Ultramar (dueño del 30% de TPR y a cargo del management operativo de la terminal) y que por primera vez se realiza en Rosario.

“En 2006, TPR ingresó a un listado de la Superintendecia de Riesgos de Trabajo que nadie quiere estar. Ese año fue catalogada como una empresa de alta siniestralidad por registrar una cantidad de accidentes superiores a la media de su actividad”, señaló el ejecutivo. Prevención ART tuvo un paso por TPR cuando era conducido por sus anteriores dueños, pero se retiró del negocio. “Fue una muy mala experiencia”, recordó.

“El año pasado, cuando nos convocaron sus nuevos dueños la situación era radicalmente distinta. De 13.000 días de baja laboral en 2010, habían bajado a 3.000 días para 2016. Y al implementar un modelo de gestión exitoso, en 2015 salieron de ese listado de valoración negativa. Es más, como ahora están 60% por debajo de los indicadores de incidencia que se toman para hacer las muestras, la empresa ya ni es tomada como estándar para elaborar el listado”, amplió.

En primera fila escuchaba atentamente el CEO del grupo Ultramar, Jan Vermej, quien hasta se llevó más buenas noticias de Rosario cuando Davi abrió las puertas a negociar una rebaja en las primas que le cobran a TPR. “Mal que me pese cuando nos tengamos que juntar a negociar los valores del año que viene, cuando baja la siniestralidad tiene que bajar el costo de la ART para la empresa”, admitió mirando a Diego Fernández Querejarzú, el gerente general de TPR, enviado directo de Ultramar a Rosario y estandarte del resurgimiento del puerto.

Y como el encuentro juntó a especialistas de higiene y seguridad de distintas partes de América del sur, hubo interés de los asistentes en saber cómo TPR había logrado bajar tanto la siniestralidad laboral. “Tenemos éxito dónde los filipinos de Ictsi y los anteriores dueños de TPR fracasaron porque pensamos en la gente”, disparó el presidente de TPR, Gustavo Nardelli. “Se invirtió en seguridad, se capacitó y dotó al personal de los equipos necesarios y se diseñaron los protocolos de gestión correspondientes”, agregó y recalcó “el fundamental aporte del sindicato y los empleados”. A su turno, el secretario general del sindicato estibador (Supa, Rosario), César Aybar, habló “de un cambio de conducta de los trabajadores, que ahora entienden que, además de tener trabajo, lo importante es volver a casa sanos y salvos porque sus familias los necesitan, y en el puerto los errores se pagan con muerte o amputaciones”. Y cuando se le preguntó cómo lograron ese cambio cultural, respondió: “Porque la empresa ahora hace un esfuerzo inmenso por cuidarnos, por el esfuerzo de esta dirigencia de hablar y hablar con los compañeros para comprometerlos y por dar el ejemplo y, sobre todo, por el notable esfuerzo diario de los compañeros de la comisión de Higiene y Seguridad”.