Las 48 horas que tuvieron en vilo al salvataje de Mefro Wheels

El acuerdo para reactivar la fábrica de llantas de acero Mefro Wheels estuvo a punto de desbarrancar luego del rechazo de la Justicia porteña a la apertura de un concurso de acreedores.

El revés judicial reabrió la discusión entre el fondo de inversión que piloteó durante los últimos meses la liquidación de la empresa y la familia Cicarelli, propietaria de la metalúrgica Cirubon en Villa Gobernador Gálvez, que se había firmado  el pasado 20 de abril con el aval de los gobiernos nacional y provincial.

El punto de la discordia volvió a quién debía hacerse cargo de los pasivos de Mefro Wheels, que suman unos $ 250 M. Wolf Waschkhun, el representante del fondo alemán que aún controla la fábrica de llantas, que controla Mefro Wheels, llegó el lunes a la Argentina. Tras reunirse con el gobernador Miguel Lifschitz y el ministro de la Producción, Luis Contigiani, replanteó el acuerdo con los Cicarelli al proponer la venta lisa y llana de la empresa, y que los nuevos dueños se hicieran cargo de los pasivos.

Entre las deudas se destacan unos $ 60 M con los trabajadores, $ 15 M con la Afip, $ 1 M con la EPE, más una larga lista de compromisos incumplidos con diversos proveedores. A la espera de una solución, ninguno de ellos presentó pedido de quiebra en los Tribunales.

Los Cicarelli se negaron a aceptar ese fierro caliente, ya que ni siquiera se pudieron auditar los números finos de la empresa y temieron que pudieran aparecer nuevas sorpresas. Luego de dos días con los pelos de punta y con la presión de los trabajadores de la UOM frente al hotel que albergó al empresario alemán y fue sede de las discusiones, finalmente se volvió todo a fojas cero, y se esbozó la fórmula que será llevada ante un juez no bien finalice la feria judicial.

Para cancelar pasivos -especialmente la deuda laboral- se acordó la enajenación de dos grandes terrenos linderos a la planta de Ovidio Lagos al 4400 que estaban resguardados para para futuras ampliaciones y luego la formulación de un plan de pagos a ocho años para terminar de saldar las deudas. Está prevista la venta de maquinaria en buen estado de conservación existente en la planta que no será aplicada al nuevo esquema de producción

Con la convocatoria de acreedores, los Cicarelli se aseguran un período de año y medio a dos años para poder trabajar en la reconstrucción del circuito productivo y comercial de la firma, que ya lleva un semestre fuera del mercado.

Otro punto en que se pusieron las partes de acuerdo fue en la designación de un abogado del foro rosarino, Fabio Cerrutti Sacco, para efectuar la presentación ante los Tribunales de Rosario.

Se espera que la justicia local, con el explosivo caso del cierre de una empresa a 30 cuadras de distancia sea más contemplativa ante la presentación de un plan de salvataje imperfecto, que aún tiene muchos blancos por cubrir.

El derrape en la justicia porteña también frenó los aportes del gobierno nacional comprometidos para paliar la situación de los trabajadores. Es que uno de los compromisos del acuerdo rubricado en mayo estableció como requisito el ingreso convocatoria de acreedores.