Probaron hasta que dieron con un negocio con mucha pinta

Les gusta definirse como “gente de negocios que hace cerveza artesanal”, sucede que ambos son ingenieros y su experiencia profesional siempre se desarrolló en materia de negocios en empresas reconocidas. El desafio para Guillermo Garcés y Ornela Marini fue probar con algo propio. Sus conocimientos y su visión empresaria hicieron posible aquel anhelo y en el transcurso de un año montaron un negocio en expansión de cerveza artesanal que muchos bares y chopperias de Rosario eligen para sumar a su oferta gastronómica.

“Somos chicos y proyectamos en grande. Como muchos empezamos fabricando en nuestra casa y fuimos creciendo con la práctica hasta tener nuestra fábrica. Contar con el apoyo de la comunidad cervecera rosarina fue fundamental para el desarrollo de Alberta. Gente que está en la misma que uno y que nos asesoraron en base a su propia experiencia. Vendría a ser como un club de amigos que se reune en bares a intercambiar conocimiento”, detalla Garcés en diálogo a punto biz.

Guillermo y Ornela se conocen desde la infancia y si bien probaron con otros proyectos donde la pegaron fue con Alberta. Atentos al boom que atraviesa el mercado cervecero artesanal no quisieron quedarse afuera y hoy dan pelea con sus cuatro estilos: English Pale Ale, Bolnde Ale, Sweet Stout y Stout. El diferencial de la marca de los rosarinos es la calidad en su materia prima, ya que se ocupan de traer el lúpulo directamente de Inglaterra combinando recetas europeas premium con pasión bien argentina.

Sin una gota de improvisados, los mentores de Alberta tienen bien en claro cuáles son sus principios y a donde quieren llegar. “Somos consientes de la competencia por eso apuntamos a nichos vacíos. Buscamos hacer una sinergia con bares de la ciudad y alrededores que dan sus primeros pasos en materia de chopp. Hay mucho prejuicio en cuanto a si es rentable y por desconocimiento todavía hay quienes no lo incorporan. Nuestra propuesta es asociarnos y generar relaciones profesionales, claras y eficiente desde el principio”, explica el ingeniero.

Sin intensión de ser masivos, pero con ganas de que su producto guste al común de la gente, Alberta lleva como eslogan ser “fresca y suave”, una cualidad que se nota hasta en los paladares más acostumbrados a cervezas industriales. Sin techo ni horizonte el camino aún es largo para Guillermo y Ornela quien seguirán por la misma ruta en busca de mayores resultados.