Por cada $100 que genera el productor, ¿con cuánto se queda el Estado?

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada) publicó su índice trimestral de junio y el dato fue contundente: el Estado se queda con el 63,6% de la renta agrícola nacional. En otras palabras, por cada $100 que genera un productor, casi $64 van al fisco en forma de impuestos.

El informe refleja un aumento respecto de la medición de marzo y pone en evidencia la creciente presión tributaria sobre el sector agropecuario, en un contexto adverso marcado por la baja de los precios internacionales y el encarecimiento de algunos costos clave.

“Para producir es necesario pagar semillas, fertilizantes, salarios, fletes, seguros, entre otros costos. Cuando se vende el cultivo, el dinero que queda se reparte entre el productor, el dueño de la tierra y el Estado. Este último se lleva la mayor parte”, explicó Nicolle Pisani Claro, economista jefe de Fada.

Según el desglose, del total de la renta:

- el Estado absorbe el 63,6%; 

- los alquileres de tierra, un 26,6%; 

- la ganancia del productor, apenas un 9,8%. 

El efecto de los precios internacionales

El índice Fada, que lleva 18 años en funcionamiento, pone en números el peso del sistema impositivo sobre la producción agrícola. Esta edición mostró que, pese a la reducción temporal de los Derechos de Exportación (DEX) para el trigo, la fuerte caída de precios internacionales empujó hacia arriba la participación del Estado en la renta.

“Los impuestos no bajan aunque el productor reciba menos. Eso agrava la situación en campañas con precios deprimidos”, señaló Antonella Semadeni, economista de Fada.

El trigo, justamente, es un caso crítico. Los precios actuales están un 28% por debajo del año pasado, con un promedio de US$ 200 por tonelada, lejos de los u$s220 que, según Fada, serían necesarios para mejorar los márgenes. Así, el índice para este cultivo alcanzó el 78,2%, lo que significa que casi ocho de cada diez pesos generados van al Estado.

Diferencias por cultivo y por región

La carga fiscal no es uniforme. En soja, el Estado se queda con el 65,9% de la renta; en girasol, con el 63,2%; y en maíz, con el 53,4%. A esto se suma la variabilidad regional: Entre Ríos lidera con un índice del 69,1%, mientras Santa Fe marca el menor nivel, con 58,6%.

Las diferencias se explican, en parte, por los impuestos locales. Provincias como Córdoba y Santa Fe eximen al agro del impuesto a los Ingresos Brutos, pero Buenos Aires, La Pampa y Entre Ríos sí lo aplican, lo que eleva la presión impositiva en esos distritos.

Además, el informe detalla que el 63,8% de los tributos que paga una hectárea agrícola son impuestos nacionales no coparticipables, es decir, no regresan a las provincias productoras en forma de obras o servicios. Solo el 6,8% corresponde a impuestos provinciales y el 1% a tasas municipales.