Ni correr ni meditar: cuál es el mejor ejercicio para la memoria

Un reciente estudio de la Universidad de Harvard reveló que no es necesario recurrir a ejercicios intensos como correr o prácticas meditativas complejas para fortalecer la memoria. Con una actividad más simple y accesible como caminar se puede proteger y mejorar la capacidad mental. Nunca es tarde, por lo que este ejercicio sirve para los adultos mayores.

La memoria es la capacidad que tenemos los seres humanos para registrar, almacenar y recuperar información del pasado. Gracias a ella podemos recordar experiencias, conocimientos, habilidades y todo aquello que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida. Es una función cerebral compleja que nos permite construir nuestra identidad y relacionarnos con el mundo que nos rodea por lo que es importante preservarla.

Los efectos observados en aquellas personas que realizan una actividad física aunque sea mínima, pone en evidencia que se dan efectos neuroprotectores en el cerebro. Esto se debe porque caminar a paso ligero estimula la circulación sanguínea, favoreciendo el suministro de oxígeno y nutrientes al cerebro: así se mejora la memoria y reduce el riesgo de deterioro cognitivo.

También se comprobó que esta actividad fortalece las conexiones neuronales, promoviendo una mayor plasticidad cerebral. Además de estas nuevas verificaciones, es sabido que la actividad disminuye el estrés, mejora la salud mental, genera un mayor control del peso y aumenta la expectativa de vida.

Para una persona sedentaria que desea comenzar a caminar, lo ideal es iniciar de manera gradual y progresiva. Se puede comenzar con caminatas cortas de 10 a 15 minutos y aumentar la duración de manera gradual cada semana. Es importante escuchar a tu cuerpo y no exigirse demasiado al principio. Es recomendable caminar al menos 3 o 4 días a la semana, y aumentar gradualmente la frecuencia.