Migrar y emprender en la tercera edad, ¿es posible?

¿Qué tienen en común McDonald’s, KFC y Coca-Cola?, además de ser empresas alimenticias multinacionales de las más exitosas en el mundo, sus fundadores tenían más de 50 años al momento de crearlas. Esto, además de ser una muestra de que no existe una edad para emprender, es un recordatorio de que el éxito no está ligado a la juventud. La clave es perder el miedo a intentarlo y, sobre todo, a no conseguirlo en el primer intento.

Lo cierto es que la llamada “tercera edad”, considerada por muchos una etapa en donde ya no queda nada por hacer, es incluso más larga que la juventud y la adultez juntas en años de vida. Desde la ONU estiman que cada vez más personas llegarán a los 100 años, con buenas condiciones de salud, esto implica que la mitad de los años de vida transcurren en la tercera edad. Y aunque está claro que la energía y el vigor de la juventud ya no están, las experiencias y los aprendizajes traen un nuevo horizonte de oportunidades para dar un giro de 360°.

Un ejemplo que quizás no queda tan lejos como una empresa multinacional es el caso del economista y emprendedor argentino, Marcos Victorica, que dejó todo a los 62 años para animarse a probar “otra cosa”, en un nuevo destino. “En ese momento yo tenía una consultora y me iba muy bien, tenía mucho trabajo, pero sentía que me faltaba algo que no iba a encontrar quedándome quieto en el lugar en el que estaba. Por eso me animé a seguir mi intuición y empezar desde cero, incluso en una edad en la que otros piensan en retirarse”, cuenta Marcos Victorica, CEO de BAS Storage, que encontró en Miami una oportunidad única para emprender, con sello argentino.

“Cuando tenés 20 o 30 años, llegás sin nada y te hacés desde cero, te integrás como uno más, pero a mi edad, llegar y hacerme lugar no era tan fácil. Es importante tener fortaleza y seguir intentando, aunque todo parezca ir en contra. Yo apliqué lo que había aprendido en una vida trabajando y supe encontrar la oportunidad para crear algo nuevo en un lugar donde muchos pensarían que ya está todo inventado”, expresa Marcos Victorica, creador de un modelo de negocio que permite a los latinos invertir en Estados Unidos “sin hacer nada”.

Puso el ojo en la industria del Self –Storage, gestionada casi en su totalidad por pequeñas empresas familiares, y que mueve más de 30.000 millones de dólares por año en el país, con un 92% de ocupación. Con ingenio argentino, tuvo la visión de comercializar las unidades imitando la subdivisión de cocheras en nuestro país, así nació el concepto de “Condo Storage”, que facilita la posibilidad de los latinoamericanos de invertir y obtener una renta en dólares de entre un 6 y un 7% anuales, con un revalúo del 4% anual proyectado, sin esfuerzos.

Se trata de tomar los años invertidos en el país de origen y trasladar el conocimiento y la experiencia al nuevo destino. “En ningún lugar está todo inventado”, dice Marcos, que considera que la creatividad y la intuición son pilares fundamentales para migrar e insertarse con éxito, a pesar de la edad, porque no están ligadas a la juventud, sino a la actitud y la fortaleza.

La “tercera edad” puede ser la mejor oportunidad para alcanzar metas que quedaron en el camino, o para proponerse objetivos que nunca antes habían estado en el radar. La clave es encontrar la fortaleza para superar los obstáculos e intentar las veces que sean necesarias, sin miedo al fracaso.