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Economía

Dieron detalles

Las respuestas de Lula y Alberto sobre el plan de la moneda común

Las respuestas de Lula y Alberto sobre el plan de la moneda común.

Por Redacción

Ambos mandatarios hablaron con la prensa tras la reunión bilateral y precisares de qué se trata la iniciativa.

La decisión de avanzar en una moneda común entre Argentina y Brasil fue objeto de consulta obligado en la rueda de prensa que este lunes ofrecieron los presidentes Alberto Fernández y Lula da Silva en Casa Rosada, tras la reunión bilateral que mantuvieron ambos mandatarios.

En primer término, habló Lula da Silva, quien se mostró totalmente dispuesto a concretar el proyecto de una moneda común, tanto entre Argentina y Brasil como a nivel regional del Mercosur.

“Queremos trabajar con los equipos económicos es una propuesta de comercio exterior y transacciones entre los dos países, que se haga en una moneda común”, aseguró Lula este lunes en Casa Rosada.

Para ello, es necesario “mucho debate y reuniones” entre los equipos económicos de los dos países, aclaró el presidente de Brasil. Luego, en la respuesta a la consulta por la moneda común, se sinceró.

“Si dependiera de mí tendría comercio exterior con la misma moneda para no depender del dólar”, aseveró de forma categórica Lula da Silva, ante la atenta mirada de Alberto Fernández y los ministros de Economía de Brasil, Fernando Haddad, y de Argentina, Sergio Massa.

Recordó así el proyecto trunco del BRICS, donde hubo un fuerte planteo de acordar el uso de una moneda común entre los países que lo conforman. “Hay países que tienen dificultades para fijar la moneda de las transacciones”, indicó Lula.

En ese sentido, Lula dejó en claro además que “en pleno Siglo XXI no podemos seguir haciendo lo mismo que durante todo el Siglo XX”, en referencia a los modos de llevar adelante las transacciones comerciales. Pidió así “sensatez para dar el salto de calidad en las relaciones económicas y financieras”, concluyó.

A su término, Alberto Fernández fue más cauto respecto a la idea de la moneda común entre Argentina y Brasil. “No sabemos cómo funcionaría una moneda común con Brasil y con la región”, expresó.

El Presidente dejó en claro que “las economías nacionales deben funcionar con estrategias”. De esta forma, Alberto Fernández no descartó que Argentina adopte una moneda común para las transacciones comerciales con Brasil.

Alberto Fernández destacó así el lugar clave que Vaca Muerta tendrá para la relación económica entre Argentina Y Brasil. “Tenemos que licitar cuanto antes el segundo tramo, aprovechando la inercia de esta primera etapa.Ambos países sufrimos la baja en la producción de gas de Bolivia”, indicó.

Lo que se sabe del proyecto

Aunque se trata de un proyecto a largo plazo, desde Brasilia ya tienen una mirada respecto a cómo debe constituirse esa divisa que han dado en llamar SUR, todavía no de forma oficial.

Consultados al respecto, los interlocutores de uno y otro lado se apuran en desescalar las expectativas. Hablan de un largo proceso al que no se arriesgan, al menos de momento, en ponerle fecha. Pero tampoco les restan ambición y lo que apuestan es a pasar del debate a la acción: sueñan con una iniciativa que haga base en las dos economías más grandes del Cono Sur para crecer hacia el resto de Sudamérica. De hecho, el nombre de SUR hace alusión a esa proyección geográfica.

No obstante, aclaran que la moneda "común" y no "única", porque la apuesta inicial no es a sustituir el circulante de pesos y reales sino sumar una divisa que facilite el intercambio comercial y remueva la variable dólar de la ecuación, requiere una serie de estudios que ya se están desarrollando a nivel de los técnicos. Así y todo hay algunas ideas sobre las que diseñan el proyecto y que en su momento el ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, compartió con su par argentino, Sergio Massa, cuando se reunieron en San Pablo, a fines de diciembre.

Haddad es uno de los impulsores de la moneda común entre Argentina y Brasil en el círculo de Lula da Silva. De hecho, algunos de los grandes ejes con los que fundamenta esta apuesta geopolítica -así lo denomina- ya habían sido plasmados en un artículo publicado por el abogado y exalcalde paulista en el diario Folha de Sao Paulo junto al economista Gabriel Galípolo, expresidente del banco Fator, que lo secunda en el ministerio como secretario de Hacienda.

"El inicio de un proceso de integración monetaria en la región es capaz de introducir una nueva dinámica a la consolidación del bloque económico, al ofrecer a los países las ventajas del acceso y manejo compartido de una moneda con mayor liquidez, válida para las relaciones con economías que, en conjunto, representan mayor peso en el mercado global", sostienen Haddad y Galípolo en ese artículo con la firma de ambos. La nota estuvo circulando bastante en los whatsapp oficiales durante los últimos días previo al encuentro entre los mandatarios

Según consignan Haddad y Galípolo, la idea base que se toma es la experiencia brasileña del URV, o Unidad de Valor Real, un plan ejecutado por el entonces ministro de Economía, Fernando Henrique Cardoso, -cuya gestión estudió de cerca también Massa- y un grupo de economistas -los verdaderos arquitectos del plan- para frenar la inflación galopante brasileña. 

En rigor, un golpe de efecto basado en la confianza que el cruzeiro, como moneda nacional, ya no tenía, bajo el asesdio psicológico de una hiperinflación del 1000% anual. Aunque seguía circulando el papel del cruzeiro, a partir de julio de 1994 los precios se fijaron en reales, así como los salarios e impuestos. Solo después apareció el circulante.

Tal etapa gestacional del real sería la base para crear una moneda digital sudamericana con la misma finalidad: aceitar, en principio, el intercambio comercial y financiero quitando al dólar del medio, una iniciativa que se discute desde hace años entre Brasil y la Argentina. El siguiente paso sería ampliarlo a todos los países de la región interesados en sumarse al proyecto. Ya son varios los que mostraron interés, como Chile.

La moneda SUR requeriría la emisión por parte de un Banco Central Sudamericano, con una capitalización inicial a cargo de los países miembros que sea proporcional a su participación en el comercio regional. De ahí que cuánto más países integren el proyecto, mayor la fortaleza de la moneda que no aspira, en esta primera etapa, a seguir el mismo camino y premisas de funcionamiento de la única experiencia de moneda única comunitaria existente en el mundo como es el euro.

La capitalización del Banco Central Sudamericano se haría a través de las reservas internacionales de los países a lo que Brasil sugiere sumarle un impuesto a las exportaciones de los países fuera de la región. Los tipos de cambio entre las monedas nacionales y el SUR se ajustarían a las fluctuaciones de cada divisa y eventualmente, el crecimiento del proyecto de integración llevaría a cada Estado a decidir en un futuro si desearía adoptar la moneda digital como propia, bajo ciertas reglas que deberían preestablecerse.

El euro también prefijó ciertos estándares macro que no se respetaron entre los países miembros en lo que refiere a porcentaje de deuda sobre PBI y déficit tolerado. De hecho, se piensa en el gobierno de Lula da Silva en un mecanismo de ajustes simétricos entre países que equilibren las cuentas superavitarias y los déficits aunque todo esto requerirá más debate técnico.

La idea planteada por las cabezas económicas del gobierno de Lula es que los recursos de ese mecanismo de ajuste se dirijan a un fondo de compensación que pueda ser utilizado para financiar la reducción de asimetrías entre las economías sudamericanas participantes a la vez que afiance, en el camino, la integración económica entre ellas.

"La creación de una moneda sudamericana es la estrategia para acelerar el proceso de integración regional, constituyendo un poderoso instrumento de coordinación política y económica de los pueblos sudamericanos. Es un paso fundamental hacia el fortalecimiento de la soberanía y la gobernanza regional, que sin duda resultará decisiva en un mundo nuevo", subrayan en el artículo en cuestión Haddad y Galípolo

Y sugieren que los derechos financieros y las reservas internacionales proporcionarían una contrapartida para la emisión equivalente de SUR. "Los países miembros podrán comprar SUR para componer sus reservas internacionales, sin gravar los montos adquiridos" a la vez que fomentan la creación de mecanismos para gravar y desalentar los ataques especulativos

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