¿Qué hace falta para desarrollar energías limpias en Argentina?

Bernardo Andrews y Andrés Gismondi trabajan en la misma industria. El primero es el CEO de Genneia SA, y el segundo vicepresidente de Ventas de Vestas Latam. Ambos ejecutivos comparten un lugar destacado en la generación de energía y también compartieron una mesa debate sobre el actual escenario de las energías renovables en el país y las oportunidades que se abren para insertar a la Argentina como exportador de este tipo de productos. En tren de seguir con las coincidencias, plantearon que para el país y la región se abren nuevas oportunidades, aunque advirtieron que el desarrollo de infraestructura es clave para conseguir un mejor posicionamiento. 

“En Europa hay política y horizonte verde y en EEUU con el IRA (Inflation Reduction Act) también hay perspectiva hacia la electrificación”, explicó Andrews en el evento titulado ““Experiencia Energía 2023”, que desarrolló la semana pasada Idea en Neuquén. “Es importante que podamos entrar en un escenario global, especialmente en Europa, donde la nueva forma de intercambiar implica que los productos deben estar hechos con energías verdes. Procesos híbridos con el litio participando también son parte del panorama en materia de almacenamiento”, explicó Gismondi.

En relación a la incidencia de las energías renovables en la matriz nacional, los ejecutivos marcaron un camino sobre cómo avanzar hacia la transición.  “No hay que esperar 10 años para hacer acciones concretas. Desde el punto de vista de Latam tenemos muy buenas oportunidades para la electrificación directa e indirecta dentro de la transición energética”, indicó el CEO de Genneia. Y añadió: “Tenemos vientos en el continente que son altísimos y que permiten electrificar”. Se refiere a los recursos de corriente aérea en la Patagonia. Este activo natural permite instalar parques de energía eólica sin necesidad de salir del continente. A esto se le suma la posibilidad de transportar la energía a través de un vector como lo es el hidrógeno verde.

Hasta que se desarrolle esta tecnología, Andrés Gismondi, considera que en Argentina “es más razonable que se exporte saldo de gas en LDG (que ya está probado) en vez de acelerar la innovación que vendrá”.

Suponiendo un beneficio para el país, Gismondi calcula el beneficio que ha significado la producción de energéticos limpios. Estima que sólo en el año 2022 (contando el costo de combustible importado y cómo la industria renovable - eólica y solar- reemplazaron esa necesidad de quemar gas) se han ahorrado u$s2.7 M sólo en 2022.

“El impacto es muy grande e inmediato. Si hablamos del espectro del 2020 a 2022 estamos hablando de u$s 5 M de ahorro”, explicó la autoridad de Vestas. En lo que hace al mercado interno, desde Ginneia consideran que, teniendo en cuenta la priorización del Gas&Oil en Vaca Muerta, “se está haciendo bastante. Hace diez años, aproximadamente, teníamos 200 MW, hoy están cerca de 5 kW dentro de la matriz argentina. Dentro de ella el 70% es de base eólica”, calcula Andrews.

Cabe destacar que, según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa), en el mes de enero, el 12,1% de la demanda eléctrica se abasteció por fuentes renovables, es decir 1.642,4 GWh de energía generada, mientras que en febrero el abastecimiento promedio fue de 12,8%, con generación de 1.524 GWh. Marzo, por su parte, cerró con un 11,1% de abastecimiento renovable, con 1.553,8 GWh generados.

“¿Qué hay que hacer? Pensar en proyectos a futuro. Algunos serán las redes eléctricas, pero también la transición requiere saltos, no pasitos. La tecnología está yendo a eso. No podemos seguir haciendo pequeños proyectos en todo el mundo que no estén conectados a la red”, expresó el CEO.

Por otro lado, Andrés Gismondi acordó que “los proyectos eólicos requieren escala para que los clientes reciban energía eficiente a buen precio, aunque en la red actual es muy difícil”.

“Lo que estamos haciendo es dialogar con el regulador (Cammesa) y las autoridades. Estamos viendo señales muy positivas en la discusión público-privada”, declaró el vicepresidente de ventas.

Y amplió sobre ese diálogo: “Es obvio que el regulador tiene que retener los objetivos de planificar, priorizar y regular, pero podemos empezar a tener un diálogo de confianza respecto de cómo el privado puede hacer determinadas inversiones que el Estado no puede hacer por cuestiones fiscales y no pueden esperar”.

Si bien se valora positivamente la “permeabilidad en el diálogo”, también se esperan nuevas regulaciones para que puedan ampliarse las líneas de transmisión. 

Cabe destacar que existe un Plan Federal para estos fines. Según publicaciones oficiales, el mismo apunta a sumar 11.800 kilómetros en líneas sumando una potencia de 16.000 mW (42% más que la capacidad actual). La estrategia implica una inversión de u$s9.900 millones. Las prioridades son Amba y ciudades de envergadura. En Rosario, por ejemplo, se invertirán u$s26 M en la ampliación de la estación transformadora Rosario Oeste. 

Desde el sector privado se discute sobre las condiciones de inversión y cómo aportar esfuerzos para la construcción y financiación de las líneas. 

¿Qué pasa cuando no hay viento o sol?

Uno de los cuestionamientos a las renovables tiene que ver con la “incertidumbre” sobre la producción de energía mientras no existan condiciones naturales óptimas. En relación a ello, desde Ginneia se intenta desmitificar y aportar certeza al respecto. 

“Siempre hubo baches en el sistema eléctrico. Cuando hay un sistema y parques solares, la probabilidad de que todos en el mismo momento no tengan viento o sol es baja. Existen proyectos en San luis, La Pampa, Neuquén, Córdoba, La Rioja. La tecnología que estamos recibiendo ya funciona en muchos más sitios y eso permite un desarrollo federal”, explicó Andrews.