¿Es posible convertir una criptomoneda en otra?

En primera instancia, es importante definir que esta pregunta hace referencia a cuando una persona tiene fondos en bitcoin y necesita ethers (por dar un ejemplo) o requiere hacer cambios entre otras criptomonedas. Por lo general, se utiliza un sistema que funge como mediador entre ambas partes, de manera que los dos elementos de la transacción estén protegidos ante posibles fraudes. A nivel técnico, la seguridad está a cargo de scripts o de impedimentos asociados al tiempo. Esto quiere decir que si un “cambiador” sospecha de algo y desea poner en pausa la transacción por un tiempo, lo puede hacer.

Dicha medida de seguridad es tan usual que se ve en diferentes entornos de blockchain. Otro mecanismo consiste en asociar ciertos códigos a las operaciones, dependiendo del protocolo que permita cada criptomoneda. El contenido encriptado de los códigos se guarda en un script, que es un pequeño archivo con varias líneas escritas en cierto lenguaje de programación. Están hechos para desatar ciertas alertas, de notar un comportamiento extraño; alarmas que pausan o en los casos más extremos, directamente anulan la transacción. Cuando una parte se ve en la obligación de volver a tomar los fondos que entregó, la operación queda sin efecto.

¿Qué requisitos deben cumplir las transacciones para completarse?

Cada integrante de un intercambio se encuentra comprometido con las condiciones del servicio que le otorgan. Es decir, no las establece la persona, sino que es la plataforma la cual dictamina los requisitos a cumplir. Antes de que los recursos cambien de mano, empieza un proceso de verificación dentro del entorno donde se realice el intercambio. Consiste en asegurarse de que cada quien tenga lo que dice tener y los fondos se encuentren disponibles. Ahora bien, en vez de pensar en esto, es mejor entrar a BitIQ. Los términos utilizados en los sistemas de criptomonedas pueden estar compuestos por varios tecnicismos y conceptos difíciles de explicar. Un aspecto vinculado a la seguridad y que se presenta como un reto es la escalabilidad de las criptomonedas.

Si se quiere que tengan un mayor alcance, la seguridad debe completarse en poco tiempo, de manera que se procesen más transacciones en menos tiempo. Asimismo, la interoperabilidad podría causar la necesidad de poner en práctica labores adicionales para revisar los intercambios. Casi siempre se puede distinguir cual criptomoneda se está intercambiando, al ver los lenguajes de cada script.

¿Cómo integrar cada intercambio a un método de pago?

El elemento principal al considerar este tema es que cada blockchain ocupa un espacio importante en los servidores, el cual ronda los 100GB, dependiendo de la criptomoneda. En caso de que se quiera incorporar pagos a terceros, se necesitaría de un registro adicional o en su defecto, de capacidad para incorporar a muchos usuarios nuevos. Para conocer un poco más del funcionamiento de la memoria en estos casos, es posible analizar lo que plantea este artículo. Retomando la velocidad de procesamiento; en ocasiones no es el consenso que valida transacciones lo que establece la rapidez, sino la latencia que exista entre cada elemento.

Siempre existe la posibilidad de que un integrante se desconecte, bien sea por voluntad propia o por algún hecho inesperado, como puede ser un apagón local. A nivel de la red, la blockchain suele guardar los datos en tuplas u otros tipos de datos. Cabe recordar que la criptografía usada se apoya en diferentes tipos de llaves, las cuales pueden ser públicas o privadas y apoyan los sistemas informáticos en línea. Aparte de todo esto, se incluyen firmas o autentificaciones al final del proceso, a manera de entregar una validación concluyente e indudable.