"Argentina deberá exportarle a China tecnología para administrar el campo"

La política internacional de Argentina atraviesa un escenario complejo. El presidente Javier Milei se muestra más pragmático que en la campaña electoral, ya que mantiene encuentros en buenos términos tanto con el flamante mandatario estadounidense, Donald Trump, como con el primer ministro chino, Xi Jinping.

Dicho escenario se adentra en un contexto global marcado por una inminente guerra comercial entre China y Estados Unidos, una disputa que no se limita a los aranceles, sino que abarca intereses estratégicos clave, como inversiones e intervenciones de peso en diversos sectores. Así, surge el interrogante respecto a cómo manejará nuestro país esta relación compleja. 

En diálogo con el programa radial Base de datos (lunes a viernes de 10 a 12 hs), Diego Marcos, economista y director de la Asociación Civil para la Cooperación Argentino-China, con una amplia especialización en la relación bilateral con el gigante asiático, analizó la situación. 

- Hay un diálogo bilateral que ya se inició, se reunieron en Río de Janeiro y está prevista una visita de Milei al propio territorio chino. ¿Qué le podemos sacar a China y qué es lo que China pide de la Argentina? 

- La línea con respecto a China que inauguró el presidente en el momento cero fue que hay plena libertad para las empresas desde lo comercial. Históricamente, después de la Segunda Guerra Mundial y en el periodo entreguerras, algunos Estados hacían negocios. Y, por ejemplo, Australia le vendía a Canadá y le vendía a Europa. Nosotros le vendíamos a Europa a través de organismos que centralizaban la compra doméstica. Entonces había comercio entre estados. Eso desapareció en la segunda parte del siglo XX y solamente viven las empresas, no hay más estados y ahora está para otra cosa en el mundo. Entonces eso hizo que el presidente nos dijera el día uno: “Yo no tengo nada que ver con el comercio, ¿qué meten al Estado? Las empresas ganan lo que quieran”. Eso ocurrió y fue plantando una línea de gestión que la visita de la canciller en ese entonces fogoneó e incentivó más y mejor comercio bilateral con China. El presidente lo acaba de reafirmar, y en las visitas que están planificadas para enero y marzo, se van a reforzar y sellar estas ideas comerciales. 

- Y ahora, ¿qué? 

- Hay una complementariedad obvia entre una economía industrializada, productora de maquinarias y productos industriales, y una economía especializada en productos primarios. 

- ¿Dónde y cuál es el futuro? 

- El futuro es que nosotros aprovechemos de ellos que tienen tienen plata, porque la ahorran, no porque les cae del cielo. Y, segundo, tienen una posibilidad de invertir en infraestructura y en las industrias que llamamos de base como ningún otro país en la historia de la humanidad. Entonces ahí tenemos para aprovechar. 

- ¿Y qué tenemos nosotros para ofertar? 

- Si querés que hablemos de vaca, de vino y todo eso, hablamos del importe de soja. Pero entramos en una etapa en la que Argentina va a tener que pensar, en vez de exportarle el poroto de soja, va a tener que exportarle una tecnología para la administración del campo, que sea digital perfectamente escalable. Te doy un caso. Entre el 5 y el 10 de noviembre de este año se celebró la feria de importación más grande del mundo en Shanghái. Por primera vez, nuestra asociación colaboró con startups argentinas y rosarinas para ir ya no a vender cosas físicas, sino para ir a vender tecnologías. El éxito que tuvimos fue rotundo y fuimos partícipes del primer pabellón de innovación de la feria de importación de Shanghái. Resumo, vamos a seguir exportando vino, soja, legumbres, sorgo, vacas, todo bien. Todo eso va a seguir estando, porque es una complementariedad muy obvia. Ahora, va a depender de nuestra inteligencia, de nuestro esfuerzo, si nosotros nos colamos en la competencia global de la nueva economía, de la economía de los datos. Y ahí ya está abierta la carrera. Los empresarios y los emprendedores argentinos empezamos a jugar la carrera global de los datos y transformar el agro en China y luego entrar a India.

- En esto de las contrapartidas y de lo que piden los chinos aparecen algunos puntos que generan sensibilidades fuertes en los Estados Unidos. Te nombro algunos casos, el puerto de Tierra del Fuego que finalmente no se dio, la tecnología 5G para los celulares, y hasta la privatización y la concesión para el dragado de la Hidrovía. ¿Cómo se puede manejar en estas circunstancias si hay mayor extensión internacional? 

- Está bien planteado, pero hay que sumarle este condimento. China es un país que es lo que llamamos chinocéntrico. A China le importa China y el resto no juega afuera como nosotros estamos acostumbrados a entender la geopolítica. Entonces, yo te pregunto, ¿cuántas bases militares tiene Estados Unidos por el mundo considerando que hay 200 países en el mundo? La respuesta obvia es 20, 30, 50. Y la respuesta es que tiene más de 700 bases militares por el mundo Estados Unidos. Entonces nuestra mente, que es tan occidental y está tan alineada, nosotros pensamos muy a la americana. Entonces decimos: “Si Estados Unidos tiene 772, China debe tener 200”. 

- ¿Y qué es lo que ocurre? 

- La respuesta es que China tiene cero bases militares por el mundo. La forma de entender la geopolítica del chino es diferente a la nuestra. Entonces para nosotros la Hidrovía es un canal geopolítico estratégico, pero para el chino es una cosa comercial para hacer negocios. ¿Qué va a transportar China? ¿Qué armamento va a transportar si no tiene base militar? La pregunta está perfecta desde nuestra lógica, pero el chino tiene otra lógica. Nosotros estamos acostumbrados a pensar el mundo para afuera, desde nuestros países para el mundo, y China es un país donde ellos son el centro del mundo. Si mirás un mapa chino de un planisferio, viste que nosotros tenemos América a la izquierda, Europa en el medio y Asia a la derecha. Así es el planisferio. El niño va a la escuela en China y ellos lo que tienen es Europa a la izquierda, Asia en el centro con China en el centro y a la derecha está América. Porque el centro del mundo son ellos, no nosotros.

Entonces las tensiones van a ocurrir y estamos viendo un mundo cada vez más tenso, pero allá, en el teatro de operaciones que proponemos los occidentales, que es el patio de atrás de China, que es lo que llamamos el mar del sur de China y el estrecho de Taiwán. Las tensiones van a ocurrir ahí. No tiene nada que ver con lo que nosotros pensamos. Ahora, nosotros no podemos cambiar nuestra forma de pensar de 500 años de historia, de cómo pensamos, o los últimos 200, que estamos tan imbuidos en esta forma, porque China ascendió en la geopolítica global en los últimos 20. Nosotros pensamos de esta manera. Así que la tensión va a existir. Nuevamente, si vos tenés que pensar en qué lugar del mundo te gustaría estar para estas tensiones que van a venir, Argentina. Nosotros estamos muy bien. Por vez número 179, Argentina tiene otras oportunidades. Si el mundo va pacífico, va bien y las tensiones se reducen, nosotros vamos a poder exportar nuestras tecnologías, nuestros conocimientos, seguir mejorando. Y si las cosas se ponen tensas, Argentina va a ser un actor relevante para seguir proveyendo en cualquier escenario.