Destino incierto para el arrumbado edificio de una librería centenaria

Amalia "Coki" Longo estuvo más de setenta años detrás del mostrador de la librería que llevaba su apellido, y con su fallecimiento -hace algunos meses- se extinguió la casa de venta de libros más antigua que tenía la ciudad. La había fundado su padre, un siciliano que llegó a Rosario en el 1900 y compró el inmueble de Sarmiento al 1100.

Esa vieja casa de alto hoy permanece cerrada y con un alto grado de deterioro. Según pudo averiguar Punto biz, la familia buscará vender la propiedad, pero el trámite viene para largo: varios de los herederos viven en el exterior y recién están discutiendo qué hacer con ella.

Ya en 2019, Coki había deslizado en la prensa la falta de apoyo de la Municipalidad para preservar el edificio en el que aún resistía uno de los comercios con mayor trayectoria de la ciudad. La plata no le alcanzaba para reparar el balcón de la antigua casa, que estaba en riesgo de derrumbe, según la habían intimado desde el propio Municipio.

En un principio, la última librera de la familia tenía la ilusión de que llegara una ayuda para la refacción desde el Palacio de los Leones o desde el Palacio Vasallo, teniendo en cuenta que el Concejo Municipal había reconocido a la propiedad por su trayectoria en 2008. Pero el apoyo nunca llegó, y el edificio estaba en ruinas ya antes del fallecimiento de Coki o de su cuñada, Amanda, otra histórica de Longo. 

Ahora, la familia tiene cero expectativa de reflotar el viejo comercio con apoyo público. Quienes legaron la propiedad son muchos, están localizados en diferentes ciudades del mundo y se dedican a otras actividades. Destino 100% incierto.