Tuvo bar en Europa y ahora prueba con congelados caseros

Si bien siempre estuvo relacionada con la gastronomía manejando bares en la playa fue a partir de ponerse a pensar qué era lo que andaban necesitando los consumidores de hoy, generalmente sin demasiado tiempo para ponerse a cocinar pero preocupados en mantener la forma. Así surgió Congelados Caseros, una nueva propuesta rosarina que apunta a brindar buenas comidas elaboradas que van derecho del freezer al microondas o al horno.

Luciana Rizzotto vivió en España y en Uruguay, y en ambos países manejaba sus propios negocios. “Cuando viví en el exterior, en Mallorca y en Punta del Diablo, tenía bares de estilo playa y eran míos. Cuando regresé a Rosario me pareció muy buena idea lanzarme con algo propio, porque siempre fui de tener emprendimientos personales”, le contó Luciana a Punto Biz.

Por eso comenzó con Congelados Caseros, una nueva propuesta que elabora comidas ideales para las madres de hoy que cuentan con poco tiempo a la hora de la cocina o simplemente no les gusta. “Me animé a empezar porque me gusta mucho captar la necesidad de la gente, saber qué necesitan o qué sería de gran utilidad para hacer. En principio cocinaba para amigas, y cuando fue tomando forma comencé para un público más amplio”, señaló. Como arrancó en verano, empezó con comidas rápidas y frías, pero ya para el invierno que se viene tiene pensado hacer platos más calientes, como guisos o puchero, “ideales para comer cuando hace frio”.

Lo que se puede encontrar en la cartilla de Congelados son: tartas y empanadas de varios gustos, canelones, creppes, salsas, cazuelas de mariscos, distintas salsas para acompañar, y hasta chocotortas. “Es todo súper casero, y las comidas van del freezer al microondas. También podés precalentar el horno al máximo por 10 minutos, colocás una placa con la salsa encima, y llevás al horno medio por 25 minutos, dependido los platos. Al estar todo ya hecho, es fácil y muy práctico”, manifestó.

Sin embargo, tanto trabajo no lo encara sola sino que recibe ayuda para cubrir la demanda. “Tengo una chica que me da una mano. Y hacemos todo en un espacio, fuera de mi casa, que cuenta con freezer y todos los productos. Ahí cocinamos y los dejamos listos para vender. La venta puede ser de manera independiente, es decir por encargo personal o por delivey viendo el menú en la web”.

En cuanto a precios, por ejemplo, la media tarta sale $55, mientras que la entera cuesta $110. La media docena de empanadas $100 y la media $60, excepto las de carne cortada a cuchillo que las doce valen $120. Los canelones por seis unidades están $80, al igual que los crepps. La salsa bolognesa $35 y la rosa $25, y por último antojos como cazuela de mariscos, $50 y la chocotorta $60.

Orgullosa y esperanzada, apuesta por esto que impulsó. “Le metí mucha fuerza a este proyecto. Por eso quiero que siga creciendo como lo viene haciendo hasta ahora, con una base de esfuerzo y muchas ganas”, concluyó.