Las playas que tenés que visitar si viajás a Río de Janeiro

Río de Janeiro se destaca internacionalmente por sus grandes vistas, su costanera, su historia y atractivos como el Cristo Redentor o el Pan de Azúcar. Posee una convocatoria turística durante todo el año. Sin embargo, lo más importante es que ofrece varias playas, más allá de las más conocidas que son Copacabana e Ipanema. La ciudad brasileña goza de rincones naturales fuera de los circuitos más habituales, pero igual de cautivantes. Entre ellas se encuentran:

-La playa de Barra da Tijuca, es la más grande de Río de Janeiro. Con aproximadamente 18 km, ofrece un ambiente más relajado y amplio que el resto. Se trata de una zona de conservación ambiental, donde se puede disfrutar de un increíble paseo por la Reserva de Marapendi. Se pueden alquilar carpas y hay puestos con música, buena comida y bebidas frías. La gran cantidad de quioscos resulta un excelente refugio para descansar con una refrescante agua de coco.

-Por otro lado, con aproximadamente 2 km de largo, Recreio dos Bandeirantes es un paraíso de arenas blancas y altas olas, ideal para la práctica de deportes acuáticos como el surf. Suele estar frecuentada por atletas y resulta ser sede de campeonatos de surf y bodyboard. Para tener en cuenta, la Piedra de Pontal marca el inicio de la playa de Pontal, una playa reservada de naturaleza exuberante.

-Otra playa imperdible es Prainha, se ubica dentro del parque Prainha y es una playa tranquila, rodeada de vegetación, morros y selva tropical. Su oleaje es también apreciado por quienes practican deportes acuáticos. Es la playa favorita de los surfistas, con olas perfectas y una belleza natural indescriptible. Cuenta con una pequeña franja de arena de 700 metros de extensión, resguardada por colinas cubiertas de Mata Atlántica. Situada al final de la playa de Recreio, conviene llegar temprano para disfrutar del sol, que se oculta detrás de los morros a media tarde. En los quioscos, las opciones recomendadas son sándwiches naturales, jugos y açaí.

-Grumar, ubicada en un territorio de preservación ambiental, lejos del bullicio y las edificaciones, esta playa goza de arenas blancas, mar verde esmeralda. El lugar suele ser visitado por surfistas que buscan mayores oportunidades de encontrar olas grandes, que suelen romper antes de llegar a los bañistas. Según se explica desde la Muncipalidad de Río de Janeiro, los sábados, domingos y feriados, el acceso en auto a Prainha y Grumari se cierra en cuanto se alcanza la capacidad del estacionamiento (200 en Prainha y 600 en Grumari), con control de 7 a 15.

-Playa de Leme es la esquina izquierda donde termina (o comienza, según se vea) la playa de Copacabana: el diseño del paseo marítimo es el mismo, pero Leme tiene su propia personalidad. El tráfico en la avenida es más tranquilo (porque es una calle sin salida). En un día soleado entre semana, si mira hacia la colina que marca el final de la playa, se puede llegar a pensar que estás en una playa pequeña y remota. El oleaje es más suave porque el morro hace de rompeolas. El Morro (o Pedra) do Leme, donde comienza la playa, tiene algunas atracciones adicionales. El Sendero del Pescador rodea la colina y ofrece varios buenos lugares de pesca. El comienzo del camino está bordeado de bares que ofrecen vistas panorámicas de Copacabana, como la Mureta do Leme. En verano, la puesta de sol (a lo lejos, detrás de la Pedra da Gávea) es un espectáculo deslumbrante. Se puede subir durante 25 minutos por un camino empedrado a través del bosque y se llega al Forte do Leme, en lo alto de la colina, con unas vistas fabulosas