Dos bares de Pellegrini se fusionan y abren una nueva propuesta

Avenida Pellegrini sumará a partir de esta semana una propuesta gastronómica inédita, surgida a partir de la apertura simultánea de dos bares que ocupan inmuebles contiguos a la altura del 1.600. Donde estuvieron por años Amaltea y Santino abrirán sus puertas Brava y Mansa, que con perfiles independientes funcionarán como una misma unidad gastronómica con capacidad para 400 cubiertos. La vereda será compartida, dando la posibilidad a los comensales de escoger en cualquiera de las dos cartas.

La iniciativa llega de la mano de un grupo de empresarios ligados al sector: dos de sus socios manejaban hasta hace poco el restaurante Milano (en Pellegrini al 1.900), que en septiembre cerró sus puertas para hacer lugar a un desarrollo inmobiliario de la constructora rosarina MSR.

Este lunes hubo una apertura exclusiva para invitados especiales, mientras que a partir de hoy martes quedará habilitado para el resto del público. Abrirán desde el desayuno hasta la cena, con la particularidad de que cada espacio mostrará una faceta diferente: Brava será más juvenil y Mansa tendrá un perfil más formal, una especie de ying y yang aplicado a lo gastronómico

“Cuando compramos las llaves de ambos negocios siempre pensamos en hacer una propuesta en conjunto, en base a un estudio de mercado que nos indicó que Amaltea y Santino se complementaban según los horarios. Primero pensamos en Palermo y San Telmo pero como ya estaban registrados terminamos optando por estos nombres que tienen más que ver con la propuesta de cada lugar”, contó Ricardo López, uno de los socios del emprendimiento.

Mientras que Brava estará más orientado a las cervezas (tendrán varias canillas de Patagonia) y las comidas de salida rápida, Mansa ofrecerá una carta de platos más elaborados y una amplia variedad de vinos. Esta propuesta podrá ser combinada para quienes se sienten en la vereda, pues podrán optar por pedir en cualquiera de los dos espacios.

Aunque prefirió no dar cifras de la inversión, López se encargó de resaltar que ambos lugares “se hicieron desde cero, con grandes modificaciones en lo que respecta a cuestiones de infraestructura y decoración”.