Tomó las riendas de GER y sacó adelante el club en plena pandemia

Creció caminando por las instalaciones del club hasta llegar a ser parte de la Comisión Directiva. Si bien asegura que alcanzar la presidencia fue “una casualidad”, el afecto y la preocupación por los deportes delatan la decisión. Raúl Kaufman es abogado y tiene una empresa de seguridad, pero la mayor parte del tiempo se la dedica al Club Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER), donde se desempeña como Presidente adhonorem. 

“Soy socio desde 1962, tuve mi primer carnet antes de cumplir los tres años y para mí fue un ámbito que fue fundamental en mi educación. Aunque no sustituye la familia, te hace ver un mundo totalmente diferente y termina abarcando a todas la generaciones”, contó Kaufman y remarcó: “Hoy mi mayor satisfacción es ver que los deportistas de GER triunfan en sus categorías”.

Gimnasia y Esgrima de Rosario tiene como centro el deporte, es lo que da origen a la vida social de la institución. En la actualidad tiene 3600 deportistas federados y 1000 deportistas recreativos, además de los más de 8000 socios. Sin el deporte, el club no sería lo mismo y sin el mantenimiento de las instalaciones, no habría deportistas.

Es así que, durante su gestión se encargó de todas las obras de mantenimiento que eran necesarias tanto para las cuestiones estéticas y de comodidad de los socios, como para mejorar las prestaciones del club.

“Hemos hecho muchas obras de mantenimiento, de tendido eléctrico, tuvimos que impermeabilizar 700 metros cuadrados del techo de uno de los vestuarios que estaba en muy mal estado, transformamos un salón de usos múltiples, hicimos un gimnasio de alta generación para deportistas y un bar totalmente renovado”, detalló Raúl.

En ese marco, el actual presidente de la institución aseguró que la mayor parte de su vida se la ha dedicado al club y aunque tuvo varios altibajos, su momento más difícil fue durante la pandemia.

“La pandemia nos costó mucho, tuvimos que seguir sosteniendo al club aún con sus puertas cerradas y luego nos vimos obligados a adaptarnos y aggiornarnos a la nueva realidad para reabrir las puertas con protocolos para el personal y luego con los deportes”, señaló.

Además, -relató Kaufman- aunque la vida social se había interrumpido en el interior de la institución, los gastos de los servicios seguían avanzando y había que pagarlos. A pesar de ello, se encargó de que las obras de mantenimiento siguieran y además, avanzaran.

“Algunas obras se pensaron antes de la pandemia y su ejecución nos agarró durante la cuarentena, pero el club nunca paró y hoy los socios vuelven y se encuentran con canchas renovadas, vestuarios arreglados y una pileta limpia con filtros nuevos”, detalló.

Asimismo, si bien este es su período de gestión, Kauffman sostiene que seguirá trabajando hasta el último día y aseguró que espera que quien los suceda sienta el mismo compromiso y la misma satisfacción por ver a los socios disfrutar y a los deportistas triunfar.