El relevo del fundador la empujó a la convocatoria

Un mix dado por la coyuntura económica de los últimos meses que hizo bajar ventas y complicó el crédito, sumado al fallecimiento del fundador del negocio y algunos desaciertos de la nueva generación que se hizo cargo de la administración, fueron las causas que justificaron el pedido de convocatoria de acreedores de Laborda Motos. 

Se trata de la concesionaria oficial Kawasaki y Mondial, líder en venta de repuestos que hace décadas funciona sobre Bulevar Avellaneda al 200 bis. A las empresas familiares suele afectarles negativamente la pérdida del iniciador de las actividades, quien además suele ser el que más conoce de los secretos de la administración del comercio que forjó. Precisamente esa realidad vivieron los Laborda cuando su padre, el fundador de la agencia de motos falleció, e intentaron replicar su modelo de gestión. El resultado fue la cesación de pagos y la apertura del concurso preventivo que el 2 de junio habilitó el juez Carlos Cadierno, del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la 15ª Nominación de Rosario.

En el expediente al que tuvo acceso punto biz, los fundamentos que explican el default son varios. Primero, el esfuerzo de la segunda generación por continuar con el mismo giro comercial, con los mismos proveedores y con igual margen de ventas. Hasta el propósito de proyectar ventas en otras ciudades, hecho que significó grandes pérdidas de activos.

El descenso de los márgenes de ventas registrados desde hace un año a esta parte hicieron el resto. Laborda Motos declaró su cesación de pagos el 20 de enero cuando el plan de liquidación de deuda fiscal que tenía acordado con la Afip cayó. “Los problemas se debieron a  falta de trabajo ordenado y el desconocimiento del funcionamiento del negocio que llevaba casi con exclusividad nuestro padre, y que generó incumplimientos que se fueron recomponiendo, hasta que la falta de crédito y la suba de las tasas bancarias hizo que ni siquiera se pudiera reconstruir la documentación necesaria para poder contestar los distintos requerimientos de los acreedores”, explicaron en el expediente los administradores actuales.

La empresa llegó a declinar una licitación de la Municipalidad de Rosario, dado que si se aceptaba, la cifra presupuestada no hubiera alcanzado a cubrir el costo de los repuestos, necesarios para cumplir con el contrato, según plantearon los herederos del negocio de Avellaneda 256 bis que vende unidades cero kilómetro y usadas, además de contar con un nutrido portfolio de repuestos originales y alternativos. 

A juzgar por la base de deudores del Banco Central, la compañía acumuló desde agosto a diciembre de 2013 casi medio millón de pesos en cheques rechazados sin fondos, situación que prueba las dificultades financieras que atravesó antes de solicitar el concurso, que está en plena fase de verificación de créditos.