Quebraron tres fondos de inversión ganaderos y dejaron deudas por u$s500 M

Grupo Larrarte, República Ganadera y Conexión Ganadera, tres importantes fondos de inversión ganaderos de Uruguay, quebraron en los últimos meses, dejando deudas por unos u$s500 M y miles de inversores a la espera de una respuesta.

La cifra caló hondo en Uruguay, ya que se trata del 1% del PBI del país, que llega a u$s50.000 M. Si se compara el impacto, la cifra de la deuda representa casi el 8% del stock nacional de vacunos, analizando que los u$s500 M equivalen a 1 millón de cabezas de bovinos.

El sector que más dólares aporta al país vecino es el maderero, que recibió fuertes inversiones en los últimos 20 años. A ese le sigue el sector ganadero, mientras que el turismo es un gran aportante de divisas también.

En cuanto a los fondos que quebraron, el primero que cayó fue Grupo Larrarte. Ese fondo prometía una tasa de retorno del 11,3% en dólares al año. Su deuda llega a los u$s20 M. El segundo fue República Ganadera. En este caso la tasa era menor, pero las deudas suman u$s80 M.

El tercero, el más importante, es Conexión Ganadera. La deuda es de u$s400 M y tiene más de 6.000 acreedores. Ayer la empresa entró en concurso de acreedores y los inversores que quedaron colgados, según la información que circula en medios de ese país, se están agrupando para presentar una demanda judicial en el fuero penal.

Esta semana los directivos de ese fondo hicieron un streaming en el que plantearon la cancelación de la deuda con plazos de hasta 8 y 10 años, “una locura, es lo mismo que nada” expresó una fuente del sector al medio Bichos de Campo.

Ese fondo era manejado por Gustavo Basso, quien hace pocas semanas murió en un accidente automovilístico. El otro socio, Pablo Carrasco, consultor y analista en medios de Uruguay, es quien por por ahora está “bancando la parada”. 

Según referentes del sector ganadero, los fondos de inversión generaron mucho movimiento económico, pero eran inviables desde su origen: “Nadie se puede responder cómo tanta gente mordió el anzuelo, era imposible cumplir con la promesa de semejante tasa de retorno, no hay negocio que dé el 11% en dólares, ni mucho menos tampoco”.

Para cumplir con los compromisos en los tres casos, se iban cancelando las deudas con el dinero que les iba ingresando de nuevos participantes, pero en un momento se cortó el chorro, hubo más egresos que ingresos, se quedaron sin circulante, se corrió la voz y hubo una especie de corrida cambiara, la gente fue a buscar lo suyo y explotó todo.

Por lo que se sabe hasta ahora, con el dinero que recaudaron, además de comprar hacienda, los dueños de Conexión Ganadera habían financiado inversiones en frigoríficos. Además, Carrasco compró uno de ovinos, actividad de fuerte desarrollo en ese país, llamado Bamidal que está ubicado en Paso de los Toros, Tacuarembó.