Menos toneladas y precios a la baja recortan fuerte las exportaciones netas

La fuerte sequía y la persistente presencia del fenómeno climático de La Niña durante tres años consecutivos continúan generando efectos negativos en la producción y las exportaciones agrícolas argentinas. Los recortes significativos en las cosechas de soja, maíz y trigo están impactando directamente en el comercio exterior del país.

Según las cifras de la campaña 2022/23, la producción de soja se redujo en casi 22 millones de toneladas, el maíz experimentó una disminución de 19 millones de toneladas y el trigo sufrió una caída de 11,5 millones de toneladas en comparación con la cosecha del año anterior.

Estos volúmenes de producción más bajos no solo distorsionan el funcionamiento de los mercados, sino que también limitan las exportaciones de los productos del sector agropecuario argentino. Esto contribuye aún más al recorte en las exportaciones. En este escenario, las últimas actualizaciones de las estimaciones de exportaciones de la Bolsa de Comercio de Rosairo (BCR) se ven obligadas a ajustarse debido a las proyecciones económicas nacionales y los informes productivos del Guía Estratégica para el Agro (GEA).

Además de la disminución en el volumen de las exportaciones en toneladas, la tendencia a la baja de los precios internacionales de los productos agrícolas también está afectando las exportaciones argentinas. Como resultado, se espera un recorte del 11% en las ventas al exterior de las principales cadenas agropecuarias en comparación con las estimaciones anteriores. Si se cumple esta proyección, las exportaciones de estas cadenas sufrirían una caída del 42% en 2023 en comparación con el año anterior.

Con estas perspectivas, las exportaciones argentinas se reducirían en aproximadamente 2.300 millones de dólares en comparación con las estimaciones del mes pasado. En total, las exportaciones argentinas en 2023 podrían disminuir al menos un 21,6% en comparación con el nivel alcanzado en 2022.

En cuanto a la cosecha de maíz, se observa un avance lento en comparación con años anteriores debido a la alta proporción de maíz tardío. Sin embargo, se espera que en las próximas dos semanas se acelere la cosecha tardía en la Zona Núcleo, lo que podría reducir la demora relativa en la cosecha.

El avance de la cosecha podría impulsar la comercialización del maíz, que hasta el 7 de junio ya ha vendido el 35% de su producción, totalizando 13,5 millones de toneladas. Este ritmo de ventas se encuentra por debajo de los niveles de años anteriores. En el mismo período del año pasado, ya se había vendido la mitad de la cosecha de maíz, alcanzando casi 28 millones de toneladas.

Además, aproximadamente 4,6 millones de toneladas de maíz compradas este año aún no tienen un precio establecido. Aunque esta cifra es menor que las 6,6 millones de tonel