El alimento para el ganado ahora sale de la multiprocesadora

Haber recogido las inquietudes de sus clientes después de años de recorrer campos ganaderos le permitió a Enrique Marisi desarrollar un dispositivo único en el país. A simple vista, se trata de un mixer para procesar forraje y así alimentar a los animales. Pero analizado en detalle es un equipo que integra, además de las funciones habituales, un molino frontal para sorgo y una bandeja de autocarga trasera, que accionada de forma hidráulica posibilita abastecer a la máquina de fardos, cascarilla de algodón o partes de rollos integrando tareas que habitualmente se realizan con varias herramientas.

“Nosotros decimos que es una multiprocesadora que nuclea varias de los implementos que fabricamos desde 1977 en una sola maquinaria. Lo que empezó siendo un proyecto a pedido, terminó en un modelo en serie que está por ser patentado”, le dijo Marisi a punto biz. La innovación fue presentada oficialmente en la última edición de Agroactiva, donde fue vista por el Inta. “La institución nos pidió un equipo para evaluarlo en profundidad y darnos su sello de calidad”, sumó el metalúrgico que tiene su taller en Casilda.

La capacidad del industrial fue la de adaptar varios dispositivos a uno solo. “Sale de lo común en cuanto a los mixers que uno ve trabajando en el campo para ganado porcino fundamentalmente. Es que cada mezcla exige diferentes formas de procesamiento para llegar al balanceado deseado. Nuestro producto logra combinar distintas funciones para adaptarse a cada preparación. Además de los sinfines habituales que hacen el procesamiento anexamos el molino en la parte frontal para sorgo o cualquier otra semilla forrajera y en el sector trasero, la bandeja hidráulica, que opera igual que una pala mecánica levantando fardos o cascarilla de algodón que en el norte es muy utilizada y se compacta en pequeños rollos, ubicándolos dentro de la tolva donde todo se amalgama”, explicó.

El nuevo integrante de la familia de productos de Marisi Metalúrgica se adapta así a cualquier zona ganadera del país, más allá del alimento del que se disponga. “Vendemos mucho en el norte del Litoral, pero también en áreas patagónicas donde la dieta de los animales es totalmente diferente”, planteó el hombre que hace décadas fabrica equipos para cerdos, aves y ovinos.

Se trata de una empresa familiar y la mirada de Enrique Marisi está presente no solo en la fase de producción, sino también en la estratégica pata del marketing. “Tratamos de hacernos conocer entre los productores  y no creemos en los concesionarios. Allí los agentes de venta tratan de ubicar las máquinas sin siquiera saber que están ofreciendo. El nuestro es un trabajo más lento, pero que al final rinde mejor”, destaca el emprendedor que viaja a todas las provincias poniéndose en contacto primero con veterinarios y nutricionistas de cada sitio, los que después le abren la puerta al contacto con los ganaderos.

“Es probable que alguien que toque de oído no nos conozca, pero te aseguro que el productor chico oyó hablar de nosotros”, asegura. La capacidad de adaptarse a diferentes mercados fronteras adentro le permite a Marisi mantener ventas a pesar del contexto desfavorable que acusan los grandes metalúrgicos de las agromáquinas.