Traspié para el intento de abrir la Bolsa a otros sectores empresarios

La asamblea de socios de la Bolsa de Comercio de Rosario rechazó la semana pasada la propuesta avalada por el propio presidente de la entidad Alberto Padoán de abrir el padrón a socios provenientes de empresas y profesiones no ligadas al ambiente cerealista y bursátil.

La iniciativa nació del corazón ejecutivo de la Bolsa y está en línea con un proceso de apertura similar que encaró la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Cuando llegó a Padoán, el presidente le dio el visto bueno, por lo que se armó una comisión especial que redactó la propuesta de flexibilización de condiciones dentro de un proyecto más integral de reforma del estatuto.

Es que si bien Padoán es de pura cepa ceralista, por su perfil de dirigente industrial, por su propia personalidad y sus negocios diversificados dentro y fuera de Vicentín, cosechó muchos contactos fuera del ámbito bursátil y agropecuario y siempre buscó ampliar el horizonte de las entidades en la que participó, como Conerosa. No en vano, bajo su gestión la Bolsa de Rosario está activa como nunca en contactos con empresarios, políticos y dirigentes sociales por fuera del metié granario. Y hasta está incurriendo en temáticas nuevas, como es la innovación en emprendimientos por fuera de lo agropecuario.

Pero cuando el tema se trató en la la asamblea extraordinaria de socios fue rechazado. Y fueron apellidos de mucho peso los que hicieron observaciones: Juan Carlos Silvestri, Hugo Grassi y Luis Ossola. Su temor es que la Bolsa pudiera en el futuro ser controlada por socios que no pertenecieran a sus mercados tradicionales. Los tres socios sólo observaron ese punto y coincidieron con el resto de los cambios estatutarios propuestos por la conducción. 

En rigor, la Bolsa empezó a encarar un proceso de apertura en la gestión anterior de Raúl Meroi cuando se permitió el ingreso de hasta un 20% del padrón a productores agropecuarios. Si bien en la génesis de la Bolsa estuvo el fantasma de que las cooperativas de productores (con las que hay una histórica desconfianza) les sumen productores a mansalva quitándoles el control, hasta ahora nada de eso pasó y las solicitudes de ingresos de productores no llegaron a diez.

Lo cierto es que Padoán tomó con altura la sugerencia. Y lejos de hacer una lectura política (Grassi y Silvestri fueron claves en el armado de la lista que le ganó en 2008 la elección presidencial), aceptó que ese punto de la reforma vaya a fojas cero y hasta invitó a los tres socios a formar parte de la comisión para acordar una nueva redacción. Según supo punto biz, una alternativa que ya se baraja es limitar el número de socios que no pertenezcan a los mercados.

Todo el trámite fue cordial y respetuoso hasta la intervención del socio Alejandro Calvo, referente público de la entidad en Transporte e Hidrovía, quien fue la única nota discordante de la asamblea. Es que cuando el debate se agotaba, tomó la palabra para vociferar que la “la Bolsa es de los patricios y no de los plebeyos”; una frase que incomodó a todos y que generó profundo malestar en Grassi, Silvestri y Ossola, que rápidamente se corrieron por temor a que se los pegara con Calvo cuando sus argumentos ni por asomo pasaban por allí. El silencio penetrante de Padóan dejó en claro su rechazo a esa postura y según supo punto biz ahora Calvo tiene los días contados como cara visible de la Bolsa en un tema clave como es la logística.