Arrancó con las tortas y ahora va por el catering propio

Cuando era chica siempre jugaba a lo mismo: "ayudar a su mamá en la cocina". De más grande, esos juegos se transformaron en aprendizaje y con el tiempo, se animó a cocinar sola y empezar un negocio propio.

Así fue como Delfina Saieva, dio vida a Pastaflor, un emprendimiento dedicado a la elaboración de productos de pastelería. “Contamos con tortas, postres y petitfours”, contó Delfina en diálogo con punto biz. 

Estudiaba Nutrición, pero cuando decidió que la gastronomía era lo suyo, se cambió al colegio del Gato Dumas y ahí se recibió como cocinera. También realizó varios cursos cortos y de especialización en otras ramas del mismo rubro.

Pastaflor empezó en la cocina de la casa de Delfina, en el mismo lugar donde ella jugaba de chica. Cuando necesita más de una mano, porque tiene varios pedidos que hacer y entregar, su mamá continua ayudándola. Hace unos años decidió alquilar un monoambiente, y trasladar toda la producción ahí. El emprendimiento es 100% artesanal, ya que ella misma se encarga de todo: compra los materiales y productos, cocina, empaqueta, y entrega.

Por empuje y ganas, apoyo de su familia y amigos, más el boca a boca de varios de sus clientes, Delfina se animó a tocar la puerta de algunos de los bares más concurridos de la ciudad, y hoy también hace postres para que esos negocios agreguen a sus menúes. Las exquisiteces de Pastaflor se pueden encontrar en: BRIT, Piel de Toro, La Culpa, La Paz de las Marías, y piensa sumar algunos más en los próximos meses.

Además, muchos de sus pedidos y ventas los recibe en las redes sociales, como su fan page de Facebook y su cuenta de Instagram.

En los próximos meses planea empezar a hacer panes caseros de muchas variadas, y luego algunas otras cosas saladas, como para sumarle esa otra pata a Pastaflor, y así armar un servicio de catering completo.

“Siempre me gusto cocinar y estoy feliz de hacer lo que más me gusta. Cada vez que puedo voy probando de hacer nuevas recetas, y combinando algunas otras más clásicas. Pastaflor tiene de todo”, cerró Delfina Saieva su charla con punto biz.