Entre el negocio familiar y la pasión por el diseño

Su familia está al frente desde hace 30 años de "El Soldadito de Plomo", todo un clásico en el centro rosarino. Así, Gabriel Ríos prácticamente creció detrás del mostrador, y se volvió un experto en la venta de productos para el aire libre, camping y pesca. Si bien la experiencia en el rubro hizo que forjara un marcado perfil comercial, su verdadera vocación está ligada a la creatividad. 

Lo cierto es que luego de haberse recibido de diseñador gráfico Gabriel intentó poner un estudio con amigos pero la crisis del 2001 los obligó a disolver la sociedad y buscar otra salida laboral. Tras años de mantener relegada su profesión hoy se hace el tiempo y vuelve al ruedo con un emprendimiento de vinilos decorativos y ploteos en varios comercios rosarinos.

“Siempre estoy pensando qué proyecto emprender y se me ocurrió probar con algo que tenga que ver con lo mío. Busqué una alternativa que me permitiera trabajar en mi casa en mis ratos libres y con los conocimientos que tenía ya que en gráfica los programas se actualizan permanentemente”, cuenta Gabriel quien asegura madrugar todos los días a las 5:30 de la mañana para cumplir con sus obligaciones.

Además del tradicional boca en boca, gracias a su página de Facebook Diseño Rotulación, Gabriel consigue que los clientes lo contacten para encomendarle cada trabajo. Su obra va desde calcomanías para decorar paredes, ploteos en las vidrieras de locales comerciales hasta gigantografías en la vía pública.

“Me llamaron para hacer la rotulación de la vidriera de Fluid, el local de indumentaria de Córdoba y Paraguay. Hice una gigantografía de 4 metros por 8 para el Shopping el Portal y lo que más sale son los vinilos decorativos para ambientar espacios de la casa algo que está muy de moda hoy en día”, detalla el rosarino.

Si bien no es tarea fácil perseguir el sueño de hacer lo que más le gusta, su ganas y empuje lo llevan a cumplir cada objetivo que se propone. Siempre atento a las oportunidades, su visión de emprendedor innato no se agota y promete nuevos desafíos para el año que corre. “Tengo varias ideas en la cabeza sólo me falta el empuje”, se entusiasma Ríos a quién trabajar contrareloj parece no significarle un problema.