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Política

Paso 2021

Qué se pone en juego en las elecciones de este domingo

Gabriel González

Los comicios de medio término  avanzan en medio del descreimiento generalizado. Parece ser algo más que el habitual desinterés que se suele dar en las renovaciones legislativas. Golpeados sin piedad por el parate de la cuarentena y una crisis económica sin cuartel, se extiende una grieta que amenaza con poner de un lado a la gente y del otro a la clase política. 

Da toda la impresión de que están faltando puntos de contacto entre los discursos que suenan y las urgencias de la población, y que se trata de un fenómeno que cruza en forma transversal a unos y otros, sin distinción de ideologías. El riesgo latente es que resurja una suerte de fenómeno del tipo “que se vayan todos” de principios de siglo, de consecuencias imprevisibles. 

En una América Latina surcada por revueltas políticas y sociales recientes, la Argentina tuvo la virtud de sobrellevar inclemencias económicas peores que la de sus pares encauzando la bronca por canales institucionales. Pero sucesivos desencantos y crecientes broncas generan una hipoteca cada vez más complicada de levantar. A políticos que hace rato dejaron de enamorar  ahora se les hace difícil aspirar a obtener una mínima cuota de confianza: en las encuestas, la gente mayoritariamente opina que lo que está por venir será peor aún que lo transcurrido. 

Más allá de esta primera letra del análisis los argentinos tendrán en las elecciones legislativas la posibilidad de marcar la cancha de cara al futuro. Se podrá ver si prevalece un castigo para la larga cuarentena y los avances sobre la Justicia o se le allana el camino al oficialismo para que lleve adelante sus reformas más radicales. También es muy altamente probable que no haya cambios sustanciales y las mayorías se sigan ajustando según la letra chica, como ocurre hasta ahora. 

El desafío electoral asume una condición peculiar en Santa Fe a partir de la desaparición de los líderes históricos que supieron atesorar los votos durante el último cuarto del siglo. En el oficialista PJ el gobernador Omar Perotti se juega a sumar poder propio, a riesgo de convertirse en pato rengo para los próximos dos años, ni qué hablar si tuviera un tropiezo en las internas. Juntos por el Cambio queda expuesto a conseguir algo que en las elecciones más recientes le resultó imposible, generar una figura que tenga peso propio y pueda jugar más allá de los recaudadores de votos del espacio: Mauricio Macri y Miguel del Sel. Complicado al jugar por fuera de la grieta y afrontando desgajamientos del radicalismo, el Frente Amplio Progresista intentará revalidar la ley de los tres tercios en la repartija de los votos santafesinos, ya sin su figura más determinante, Miguel Lifschitz.  
 

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