Cristóbal Lopez puso un pie en los medios de Rosario

Cristóbal López, uno de los empresarios más importantes del país sindicado como cercano al gobierno K, puso un pie en el negocio de los medios de comunicación en Rosario. En efecto, al grupo Indalo comprarle a Orlando Vignatti el diario Ámbito Financiero, operación confirmada ayer, también entró el diario El Ciudadano en el paquete de medios que el veterano empresario rosarino se desprendió.

López cada vez talla más en la economía provincial y es uno de los principales inversores privados en Santa Fe. Es dueño del casino City Center, un verdadero tanque empresario que es por su recaudación –como para tener idea- es el principal aportante a las arcas municipales. También es propietario de Refinería San Lorenzo, que le compró a Petrobrás, y en la cuál está invirtiendo $240 M. Además, controla la autopartista Paraná Metal, en este caso casi un favor que le pidió el gobierno cuando la empresa estaba por cerrar. Y ahora, casi de rebote, se queda con un diario rosarino.

El ingreso de López al negocio de los medios fue bien polémico pero hasta ahora sin demasiado éxito editorial y comercial. Le compró a Daniel Hadad Radio 10 y C5N y casi al instante ambos medios cayeron en su penetración. Radio 10 perdió el liderazgo de las AM porteñas y quedó en el lote como otra más del dial y C5N, que con buena inversión en tecnología buscaba arrebatarle el podio a TN, también bajó abruptamente del raiting, como si la opinión pública no le perdonara el giro K en sus contenidos. 

Habrá que ver ahora qué estrategia pone en marcha Fabián de Sousa, el encargado de los negocios mediáticos del grupo Indalo, para El Ciudadano, medio que no estaba en los planes originales de compra pero que, en rigor, no le viene mal controlar habida cuenta de sus crecientes intereses en Santa Fe. Pero, por lo pronto, tiene espalda financiera como para empezar a ponerse al día con las deudas salariales y provisionales que la editora de El Ciudadano tiene con su personal, que hasta venía cobrando sus haberes en cuotas.

Comercialmente, López encuentra un diario de escasa tirada que se mantiene por la pauta oficial del gobierno municipal y provincial y con un pasivo importante. Tampoco tiene una estructura administrativa y de distribución muy afinada, producto de  sucesivos ajustes. Pero también López encuentra un diario que ya se hizo un nombre en la ciudad y una plantilla de recursos humanos capaz de competir de igual a igual a cualquiera.

Vignatti fundó el diario en 1998 con un apuesta seria de competir a La Capital y con una redacción joven en un año de vida logró instalarse editorialmente. Y, en una jugada empresarialmente maestra, en 1999 se lo vendió al diario La Capital, quedando como socio dentro del diario y logrando así escalar en influencia política. Tras un intento de cerrarlo ese mismo año, resistido con éxito por sus trabajadores, La Capital lo convirtió en un diario tapón con el objetivo de quitar motivación a que otro emprendimiento similar quiera salir a competirle. Editorialmente fue la segunda marca del diario y se lo buscó hacer bien popular con una circulación mínima. Hacia el 2001 le transfirió la propiedad al polémico presidente de Newells, Eduardo López, que si bien no le cambió la razón de ser, al menos se alejó del formato de diario popular. Finalmente, cuando López cae en Newells, lo abandona y sus empleados forman una cooperativa que lo mantuvo abierto hasta que lograron interesarlo a Vignatti para que lo vuelva a comprar.