El ingeniero venezolano que la rompió con las empanadas en Rosario

“Manejo despacio, voy a 60 pero siempre llego a destino”. Yeferson Pérez es fanático de los autos clásicos y a poco de llegar a Rosario decidió comprarse un Fiat 600 con el que llega a la entrevista con Punto biz. El joven nacido en Venezuela es el hacedor de La Pepona, marca de empanadas que se instaló en Pichincha con la fórmula de “rico y barato” y que ya prepara un modelo de franquicias. “Me vine en 2017 con mi hijo decididos a hacer lo que hiciera falta para vivir mejor”, cuenta Yeferson que no puede evitar recordar lo que pensó en el vuelo de Conviasa camino a Ezeiza: “Acá te sacás la toga y el birrete y a laburar de los que sea”. 

Es que con 23 años el recién graduado saltó de la universidad a trabajar en Agroilseña, firma venezolana dedicada al procesamiento de granos y allí llegó a la gerencia de calidad. Un cargo que le permitió progresar, aunque fue el mismo puesto el que le dio la chance anticiparse a lo que finalmente sucedió. Post expropiación del gobierno, la nueva firma Agropatria entró en declive con un plantel de trabajadores peligrosamente engrosado.

Siguió el consejo de un hermanastro que se le adelantó en el camino y decidió venirse a la Argentina. “Hice de todo. Empecé en un lavadero de autos, un restaurante de Palermo Soho y una concesionaria. Me compré un auto y me convertí en chofer de Uber durante un año”, enumera Yeferson sobre su periplo en la Capital Federal. Como conductor en la app estuvo 12 meses hasta que le robaron el vehículo.

“Siempre adelante, nunca bajé los brazos. Tras el robo al poco tiempo logré entrar en Symrise, multinacional de origen suizo dedicada a la producción de esencias para alimentos y perfumes, aunque la empresa hizo un recorte quedé afuera y sobrevinieron tres meses de desempleo. Cerraba el 2019 y un llamado de la compañía rosarina Monthelado iba a ser el principio del cambio.

En la escena apareció Mauricio Comanducci, el hombre al frente de la firma. Le prometió un camión para traer todas sus cosas desde Capital Federal una vez pasados los tres meses de prueba. “Mauricio cumplió y allí trabajé 10 meses muy intensos. Aprendí mucho de él”, asegura el ingeniero. El paso siguiente fue el ingreso a Swift. “A Comanducci no le gustó demasiado mi pase. Pero finalmente entendió que estaba intentando dar un salto personal. Yo a él lo estimo mucho”, aprecia Yeferson. En noviembre de 2020 entró en el frigorífico como supervisor de producción de salchichas, cargo que mantiene en la actualidad.

“Cuando entré a Swift la marca La Pepona ya estaba en los planes. Solo nos faltaba la inversión que había que hacer para desarrollar la maquinaria que hoy posibilita hacer 1.200 empanadas por hora”, asegura el emprendedor que está en pleno proceso de inscripción de marca y desarrollo del modelo de negocios para habilitar franquicias.

Hace pocas semanas que el negocio de empanadas está abierto en Alvear 126 bis. Pero el breve recorrido tuvo un hito grande cuando la historia de Yeferson y su compañera Julia Cavagna llegó a Punto biz. “Al día siguiente de la publicación de la nota me convocaron desde Recursos Humanos de Swift. Llegue al recinto de la reunión y allí estaba la plana ejecutiva de la compañía para felicitarlo".

“La vida del inmigrante es así”, plantea el venezolano cuando se le consulta si toma dimensión de lo hecho en Argentina desde su desembarco. “Yo insisto en que un país se construye trabajando. Hay que quejarse menos y trabajar más”, sintetiza el emprendedor.