El negocio de las piletas pasó del boom a estar con el agua al cuello

Producto del la crisis de la pandemia, muchos optaron por destinar sus ahorros -que en otro momento hubieran utilizado para vacacionar- en acondicionar sus casas para pasar el verano. El incierto panorama respecto al turismo, las restricciones y medidas preventivas por el coronavirus; hicieron que aumentaran las consultas para construir piletas. El sector vive un boom con venta que se vieron triplicadas con relación a años anteriores. Sin embargo, la falta de materiales y equipos dejó al rubro frente a un escenario complejo y con precios que se dispararon.

En el mejor momento del negocio de las piscinas, la Cámara Argentina de Construcción expresó en un comunicado “su profunda preocupación por faltante de arena”, insumo necesario tanto para la colocación de las piletas de fibra de vidrio, como para la construcción de las de material. A esta situación, se suma la faltante de malla sima (malla de hierros previamente soldada) y el cese de ventas de bombas, filtros y skimmers –este último filtra la lámina superior del agua. 

El principal vendedor de estos equipos es de origen nacional, mientras que una gran minoría los importa. Según explicaron referentes del sector, ante una multiplicación de las ventas, estos últimos tampoco llegan a abastecer la demanda. 

Desde Trípodi Arquitectura, fabricantes de piletas de diseño describieron: "Siempre buscamos alternativas para no frenar las obras y ver si es posible reemplazar materiales, pero el tema de la arena es casi irreemplazable. Ese faltante nos iba a dejar sin poder avanzar porque los materiales que podemos usar para sustituirla son difíciles de conseguir y terminan siendo muy caros". Por su parte, quienes comercializan piletas de fibra de vidrio, ofrecen su colocación, y en el momento que se reactive la venta de bombas, filtros y skimmers, agregarlos.

Según pudo averiguar Punto Biz, las fábricas de equipamientos para piscinas explican estar desbordadas, donde por más que tomen nuevos empleados, todos los días hay gente que se ausenta a su trabajo por tener ellos mismos o sus familiares síntomas de Covid-19. A esto se le suma que la industria retomó su actividad en junio, por lo que es imposible atender una demanda tan particular. Por tanto, aseguran que la temporada será muy compleja de trabajar, donde algunos, ante un panorama incierto, deciden no vender los artículos. 

Los precios 

Tanto la faltante como la coyuntura económica del país repercutieron en los presupuestos. Por tanto, un skimmer de boca ancha para una pileta de ladrillos a fines de agosto costaba $2500 pesos, en cambio, ahora piden $40 mil. Respecto a la arena, desde el sector apuntaron a que si bien están pudiendo conseguirla a cuentagotas, el metro cúbico que antes alcanzaba los $1100, ahora llegó a los $1.900.