Las maniobras tejidas por Grimaldi que determinaron su procesamiento

La investigación de la Justicia Federal que determinó el procesamiento de cinco directivos de las firmas Leones Agropecuaria SRL y Sebastian Grimaldi SA dejó mucha tela para cortar. En las 234 páginas que componen el fallo, el juez de Bell Ville Sergio Pinto describió la mecánica por la cual los directivos terminaron estafando a productores agropecuarios, capturando "un gran volumen de cereal y (...) una gran cantidad de dinero que terminó desapareciendo (...) hacia fines aún desconocidos".

Pinto explicó que los planes delictivos de la organización fueron posibles "mediante la unidad de actuación de las empresas Leones Agropecuaria SRL (acopio) y Sebastián Grimaldi SA (corredora) como un único grupo económico, que actuaba en el mercado de granos en forma conjunta, organizada y funcional a los fines ilícitos de la asociación".

El primer paso de la estafa pasaba por la captación de diversos productores, mediante el ofrecimiento de mejores oportunidades y alternativas de negocios superadoras. Dicha tarea quedaba en manos de Nelseon Bertero (alias "pichi"), único de los investigados sobre el cual se dictó falta de mérito.

Una vez convenido el precio con el productor, se firmaba el boleto de compra venta y las cartas de porte, donde figuraba como comprador y en calidad de remitente Leones Agropecuaria SRL y como corredor Sebastián Grimaldi SA -"quién cobraba una comisión entre el 0,5% y 1%"-. Sin embargo, "la mayoría" del cereal no se almacenaba en el acopio, sino que iba directo al puerto.

“Todos los “granos” entregados por los productores a “Leones Agropecuaria SRL” eran inmediatamente vendidos a los exportadores sin perjuicio del objeto para el cual los productores lo habían entregado al acopio (...). Estas operaciones se realizaban a través de la empresa “Sebastián Grimaldi S.A.” como corredora, cerrando de esta manera el círculo para hacerse del dinero de su producido sin necesidad de obtener la conformidad de los productores, ya que al constituirse “Leones Agropecuaria SRL” como remitente comercial, solamente se requería de su firma para la concertación de las operaciones de venta”, detalló el juez.

Para Pinto, esa mecánica evidenció que la acopiadora "era una empresa satélite que utilizaba la organización para disponer y poder comercializar el cereal que adquirían de los productores". Ello último se abona también con el hecho que los pagos al productor provenían directamente de la corredora, "cuando deberían haberlo realizado Leones Agropecuaria SRL, quien figuraba como remitente comercial en la documentación referida".

El magistrado estableció que el comienzo de las irregularidades se dio en marzo de 2018. “Fue allí cuando aparecieron propuestas de sobreprecios, ventas a futuro que en realidad se hacían de forma inmediata y contratos en dólares que nunca se formalizaban”, dijo, para luego mencionar otras maniobras, como el ofrecimiento de adelantos que terminaron siendo una trampa mortal para los productores, quienes terminaron teniendo acreencias con Leones Agropecuaria SRL “que seguramente no podrán cobrar debido a que esta última empresa se encuentra en quiebra, terminando por defraudarlos doblemente”, ahondó.

A la hora de describir las responsabilidades, Pinto no dudó en ubicar a Sebastián Grimaldi como jefe de la asociación ilícita, en tanto que Eduardo Héctor Nannini fue considerado como supuesto organizador. En tanto, también quedaron procesados María de los Angeles Cavallero, Araceli Susana Nannini y Fernando Gabriel Herrera.