Expectativas y alertas de los operadores sobre el futuro de la hidrovía

Convocados por el Instituto de Desarrollo Regional (IDR), un grupo de consultores y operadores de la logística y el transporte fluvial evaluaron la situación de la hidrovía Paraná-Paraguay y los desafíos de cara a futuro en una coyuntura marcada por dos factores, los cambios que trajo la pandemia del coronavirus y la activación de una nueva fórmula institucional para el control del dragado de la hidrovía.

 

El juego lo abrió Juan Venesia, titular del IDR, y luego disertaron los panelistas: dos especialistas en transporte fluvial, Sergio Borrelli y Gustavo Anschütz; y dos actores relevantes de la actividad, el vicepresidente del Astillero Paraná Sur, Marcos De Monte y el Presidente del grupo PTP, Guillermo Misiano.


Anschütz hizo referencia a la era digital que sobreviene para la hidrovía como parte de un sistema logístico multimodal, criticó la escasa digitalización de la vía fluvial, y postuló la necesidad de contar con un sistema abierto e inteligente que agilice los tiempos y abarate los costos.

Planteó que el objetivo del Estado no debe pasar por tener buques ni dragas, se requiere un operador autónomo y  profesional. “El Estado debe controlar que las inversiones se hagan,  que impacten sobre las economías regionales, y garantizar la seguridad jurídica”. En tal sentido, rescató que en la concesión de la hidrovía y en los consorcios no se rompieron los contratos.

Misiano relató el impacto de la pandemia sobre la hidrovía, en un contexto de crisis crisis internacional que surgió por la caída del valor del petróleo y la bajante histórica de los Ríos Paraguay y Paraná. “Hay muchas oportunidades para nuestra región y para la hidrovía, siempre que hagamos los cambios necesarios para adaptarnos a este momento", expresó.

El representante de los astilleros enfatizó que la concesión del dragado funcionó -salvo un subsidio inicial- a costo de inversión cero, y enfatizó que sería “imperdonable” perder ese tren. “Hacemos soja en Santiago del Estero, lo que era impensado, construimos el principal polo agroindustrial del mundo sin inversión del Estado, sólo marcando las reglas de juego”.

De Monte describió las oportunidades y desafíos para la industria naval: “Si empezamos a trabajar de manera inteligente podremos dar respuesta desde el sector privado a las problemáticas actuales de la sociedad. Hay que restablecer la industria con reglas claras y bonos de bienes de capital, pensar en la industria nacional pero no a cualquier costo”.

Abogó además por que se trabaje en conjunto sobre el multimodalismo para brindar soluciones: “No es tren o barcaza o camión, cada uno suma lo suyo, es toda una cadena que suma a los puertos”. Borrelli describió la afectación a partir de la pandemia. Describió que el escenario previo ya resultaba sombrío, pero enfatizó que  "no son necesarias grandes inversiones del Estado para reactivar la marina mercante y la industria naval, Sí es necesaria una inversión de tiempo y darle la importancia que se merece". 

Respecto del control de la hidrovía, destacó la participación de las provincias, pero también planteó. “Un consejo consultivo está bárbaro, pero hay que tener cuidado con una administración que implique una amalgama de accionistas, es todo un desafío”, y a renglón seguido advirtió: “No perdamos lo obtenido, no hagamos nada que signifique ir para atrás con correcciones más homeopáticas que fundacionales, hay que ir a un pliego que no obligue a esperar un nuevo hito para poder avanzar”