Escribana denunció al Grupo Praga y terminó siendo investigada

La escribana María Candela Zarco Pérez se presentó días atrás en Fiscalía como damnificada por los titulares del Grupo Praga (Bruno Poletti y Leandro González, imputados en marzo en una causa por estafas que pegó en el corazón de Fisherton al implicar a reconocidas familias de la ciudad) por la compra-venta de una camioneta Kia Sorento.

En su declaración, la escribana señaló haber relizado la operación sin conocer a los imputados más que por recomendación de su ex marido, el arquitecto Damián Calabrese, de la desarolladora MOR. Pero al analizar la documentación presentada en esa denuncia, empezaron a aparecer dudas en los investigadores sobre la veracidad del testimonio y además aseguran haber detectado algunas inconsistencias en la declaración de la escribana.

Es que, en paralelo a la denuncia, lZarco Pérez dijo sin dar detalles que le habían falsificado su firma y sello en una autorización de manejo de otro vehículo a nombre de terceras persona que se había presentado a denunciar que el Grupo Praga lo habían estafado con la compra de otro auto que, resulta, tampoco estaba a su nombre, una situación muy confuso que llamó la atención a los investigadores, sobre todo por las idas y vueltas de los dichos de la escribana

Por eso, allanaron el domicilio particular de la escribana (Guemes al 2000) y sus oficinas (Alvear al 1300) en busca de documentación que pueda determinar fehacientemente si la profesional tiene vínculos con los imputados o es una víctima más de las operaciones.

La medida judicial fue requerida por la fiscal Valeria Haurigot y realizada por efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). En los allanamientos las autoridades secuestraron celulares, computadoras y documentación.

Poletti y González, socios del Grupo Praga, fueron imputados en marzo por hechos de fraude con vehículos de alta gama. Tras las primeras denuncias, se sumaron a la causa la investigación por otros negocios fraudulentos con inmuebles y colocaciones de dinero en efectivo. En su defensa, González -conocido ex rugbier del club Duendes, quien por el círculo social en el que se manejaba era quien conseguía los clientes- dijo ser una vícitma más de la estafa de su socio.

Al tener situaciones procesales diferentes, González accedió a la libertad bajo fianza. Su salida se demoró por trámites administrativos pero finalmente se concretó en medio de la cuarentena por el coronavirus. En cambio, días atrás la Cámara de Apelaciones, a través de la jueza Carolina Hernández, confirmó la imputación y la prisión preventiva para Bruno Poletti.