Puertos afinan estrategias para el día después de la detención de Juarez

El día arranco bien temprano con mensajes de whatapp que se cruzaban ejecutivos del sector portuario y aceitero en ansiosa búsqueda de información cuando apenas empezaban a circular las noticia de masivos allanamientos de la Policía Federal en torno a la Cooperativa de Trabajadores Portuarios de Puerto San Martín. Y terminó con charlas y hasta reuniones en cámaras empresarias del sector en la que se analizó el escenario tras la detención del cacique sindical y peso pesado de los muelles del norte del Gran Rosario, Herme Juárez.

Es que la cooperativa de Juárez es la principal prestadora de servicios de estibaje en los puertos cerealeros del norte del Gran Rosario y la incertidumbre sobre cómo operará a partir de ahora que la Justicia ordenó el bloque inmediato de sus cuentas bancarias está en el centro de la atención empresaria, ya que el movimiento de buques es incesante y las demoras y complicaciones en la carga y descarga se cuentan de a miles de dólares.

Ayer, según relevó punto biz, la cooperativa siguió prestando servicios de manera normal y no pasó inadvertido a los ejecutivos que pese a que Juárez era sacado arrestado y esposado de su mansión no hubo ni amenaza de paro por parte de los estibadores. El temor es que la complicaciones financieras por tener las cuentas bloqueadas esta situación cambie en las próximas horas y el ambiente se ponga tenso.

Está claro que sin Juárez a la cabeza se abre una enorme oportunidad de negocios para empresas privadas de estibaje que busquen ganar negocios en los puertos, que hasta ahora la presión de Juárez mantenía más que acotada. Pero la primera reacción de las firmas, tanto las dos que ya operan en los muelles de Puerto San Martín y Timbúes (Milisenda y Syap) como las que no lo hacen (Brayco y Murchison, entre muchas otras), fue de extrema cautela y nadie se movió para salir a ganar contratos aprovechándose de la incertidumbre reinante. Todo lo contrario, la estrategia para este primer momento es dejar que la cooperativa haga sus movimientos y el proceso siga su curso, sobre todo porque el principal objetivo es no avivar conflictos innecesarios en los muelles.

Ayer una de las hipótesis que se tiraban sobre la mesa era que la próxima intervención judicial de la cooperativa, como pasó con el sindicato marinero (Somu) cuando pusieron tras las rejas al "caballo" Suárez. Por lo pronto, el escenario más temido por las empresas es que sin Juárez –que tenía un férreo mando total sobre la cooperativa sin referente o equipo que le puedan tomar la posta ante su ausencia- la cooperativa quede como terreno de batalla de distintas facciones internas que diriman a las patadas la división de negocios. No obstante, apuestan a que –por el contrario- sus socios puedan encauzar una nueva etapa sin perder los aceitados negocios conseguidos (en gran parte por el muy buen servicio que prestan) pero dejando abierto el mercado para el ingreso de nuevos jugadores. Y para que eso ocurra, al menos ayer, los ejecutivos coincidían en que no debían los puertos cerealeros apurar los tiempos, por ejemplo dejando ya mismo de solicitar servicios a la cooperativa y apurando ingreso de otros prestadores privados al negocio. Por el lado de la prestadoras de servicio, la decisión va en la misma sintonía: estar prepardas para salir a cubrir servicios portuarios si la cooperativa sale momentáneamente de circulación para mantener los muelles en actividad, pero no ir a buscarlos porque parecería una provocación.