La cuestión laboral mete ruido en la licitación del complejo Puerto España

La tan traqueteada como polémica licitación del Complejo Puerto España presenta otra arista dura a la hora de las definiciones por parte el poder concedente, la Municipalidad de Rosario. 

Ocurre que los trabajadores gastronómicos que actualmente se desempeñan en el salón de eventos, la parrilla Don Ferro y el restaurante Flora lanzaron una voz de alerta por la continuidad de sus puestos de trabajo, ya que la licitación no la asegura en forma plena. 

Según consta en los pliegos, se asigna puntaje a fines de elegir al ganador de la licitación extra por “la incorporación de la mayor cantidad del personal registrado por la concesión saliente”, y que el cálculo del puntaje será directamente proporcional a la cantidad contratada. Pero también se plantea que que el personal podrá ser incorporado “a medida que se produzcan las habilitaciones comerciales” de las distintas unidades de negocio, “en función de lo que sobre el particular proponga cada oferente”.

De acuerdo a lo que pudo saber Punto biz, la balannza en este ítem se inclina a favor de los actuales concesionarios, que ofrecen continuidad plena, conservando puestos, funciones, y el reconocimiento de la antiguedad, más el compromiso de no despedir durante los primeros dos años de concesión. 

En cambio, la propuesta de la propuesta que lidera Rules SRL (liderada por la empresa de catering Marshall) condiciona la incorporación de los trabajadores en la medida que las obras vayan siendo concluidas y habilitadas. Según el cronograma de obras planteado, esto implica una parálisis de la actividad de por lo menos siete  meses. Este oferente también deja supeditada las incorporaciones a las realización de entrevistas laborales y a que el personal se amolde a la nueva forma de trabajo. 

Estas cuestiones ríspidas ya pusieron en alerta al gremio gastronómico de Rosario. Su titular, Sergio Ricúpero se reunió esta semana con Gustavo Leone, secretario de Gobierno del Municipio para manifestarle su preocupación por el destino de los 130 empleados en el complejo. “El gremio no tiene una postura sobre quién debe quedarse con la concesión, lo único que queremos es que los empleados conserven sus puestos trabajo, sin importar quien venga. Hoy estamos preocupados porque nos dicen que las dos propuestas que se presentaron no son iguales y que hay una que no le mantiene el sueldo a los trabajadores mientras duren las obras previstas en el predio”, reclamó el secretario gremial de los gastronómicos.

Para la Municipalidad de Rosario es un tema caliente, porque el cese de otras concesiones gastronómicas significó dolores de cabeza que aún están sin solución. El caso más recordado fue la quita de las concesiones de bares de la costa que detentaba el empresario Mario Cornaglia, fruto de la cual la Municipalidad terminó haciéndose cargo de 70 nóminas salariales correspondientes a bares que no pudieron ser colocados y aún hoy se siguen pagando.