Nestlé dejó de comprar un producto argentino

Nestlé, la multinacional suiza de alimentos y bebidas, dejó de comprar té argentino: importaba el 10% de la producción nacional que destina poco más del 90% al mercado externo. En este escenario de reducción de ventas, la cosecha tealera argentina que acaba de finalizar cierra uno de los ciclos más complicados de los últimos años, condicionado también por la caída de los precios internacionales perjudicando especialmente a los elaboradores más pequeños, según lo dijo el ingeniero Helmuth Kummritz, del Ministerio del Agro y la Producción de Misiones.

Si bien este panorama que se presenta ahora, “ya se venía prediciendo, se complicó todavía más porque un cliente importante de EEUU nos dejó de comprar. La firma Nestlé dejó de adquirir té argentino y es una empresa que compraba entre 6 y 8 millones de kilos todos los años. Eso fue un cimbronazo importante en el mercado”, aseguró. “Como en las campañas anteriores, la cosecha rondó los 80 millones de kilos”, precisó en diálogo con Carlos Vedoya Recio.

La caída de las ventas y los precios internacionales perjudicaron principalmente a los pequeños productores, “en especial aquellos que no tenían las plantaciones certificadas -son los primeros en quedar afuera del mercado-, los pequeños secaderos de ramas -los que no llegaron a certificar sus fábricas-”, detalló Kummritz presidente del Cluster del Té.

Según datos de la Cámara de Elaboradores de Té Argentino (CETA), en 2018 se exportaron 76 millones de kilos (92 por ciento de la producción total), lo que se tradujo en un ingreso de 95 millones de dólares. Sin embargo, el productor Carlos Okulovich, socio gerente de Don Basilio SRL y presidente de la Cámara de Elabores de Té Argentino (CETA), había advertido en enero pasado que el mercado registraba una baja del 20 por ciento en el precio en dólares y de los volúmenes de compra.

“Esto también nos enseña que tenemos que cambiar lo que veníamos haciendo tradicionalmente: el gran volumen de té para el mercado internacional de té frío. Seguirá existiendo pero tenemos que ir diversificándonos para ofrecer producciones certificadas. Sino estaremos fuera de mercado”, afirmó Kummritz en Frontera Jesuita.

Nuevas alternativas. Si bien el escenario no es el más positivo para el sector tealero, Kummritz consideró que este año se obtuvieron algunos logros importantes que marcaron cambios en el rumbo de la actividad. “Se instaló una fábrica nueva -de Martín Bauer-, que está elaborando distinto: está haciendo un té semifermentado para su planta de extracto para Europa y un nuevo jugador de peso en la actividad”.

También se fueron promoviendo los pequeños secaderos para producir los tés especiales como los de la familia Kairiyama en Los Helechos, los de Swier con Akasha Tea en Leandro N. Alem, y los de Irma Fraga, en Campo Viera. “Estos proyectos están creciendo y es muy bueno que siga aumentando la cantidad de productores que elaboran estos tés especiales. Buscar otro tipo de mercado, donde los volúmenes son pequeños aunque los precios son distintos”, remarcó el ingeniero.