Un grupo con buena espalda la reactivó en 2014 pero sigue a los tumbos

Cambió de manos y fue a parar a un grupo con más espalda, pero lejos de empezar a pisar sobre terreno más firme la autopartista Fundición Martínez siguió a los tumbos. Cinco años después del cierre temporario que derivó en un cambio de manos, la empresa con sede en Granadero Baigorria decidió adelantar las vacaciones de su personal como medida preventiva ante la difícil coyuntura.

"La situación es muy delicada y compleja", reconoció Andrés Ciambotti, integrante del directorio de la firma que en 2015 fue recuperada por Carlos Boero SRL. Según le dijo a Punto biz, las ventas cayeron un 50% desde el año pasado.

"La demanda de productos terminados bajó mucho desde agosto y septiembre. Estamos a la espera de algún repunte de nuestros clientes, que lo cierto es que hoy no están pasando un buen momento", contó Ciambotti, quien agrupó en ese rubro a las firmas de los rubros automotriz y agroindustrial. "Ni siquiera las de maquinaria agrícola, que uno podía esperar un crecimiento", agregó.

Así las cosas, la empresa definió adelantar las vacaciones 2020 de sus 80 empleados. Una medida precautoria antes de avanzar hacia la solicitud del Proceso Preventivo de Crisis (PPC), una alternativa que ya tomaron más de 250 firmas santafesinas.

Ciambotti reconoció que manejan algunos proyectos alternativos para la planta, pero prefirió no soltar prenda sobre los mismos, fundamentalmente porque hoy no están dadas las condiciones para asumir inversiones grandes producto de las altas tasas. "Si uno quiere realizar mejoras significativas debe hacer grandes desembolsos, y hoy la situación los torna imposibles", indicó.

El punto clave es que la Fundición tiene problemas de competitividad, a pesar de que se especializa en fundir productos de gran peso y volumen que resultan más difíciles de ser introducidos desde el exterior, por una cuestión de costos logísticos. En 2013 cuando se produjo su primera gran crisis y debió permanecer varios meses cerrada, ya había sido corrida del negocio de campanas de frenos para colectivos, que era su principal producto, por la competencia de importación. En aquella oportunidad se buscaron producciones alternativas, con la promesa oficial de proteger las posiciones arancelarias. Con el cambio de gobierno de fines de 2015, y la derrota en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por la aplicación de declaraciones juradas para la importación, los mercados se reabrieron.

La quita de subsidios a la energía también sumó otro capítulo, ya que en poco más de dos años el costo eléctrico se multiplicó por 10, al punto que en 2017 pasó a equivaler el 16% de costo de producción (antes era el 3%). Y las fundiciones son electrointensivas.